La caída de Oppenheimer

Publicado el 4 de abril de 2007 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 6 minutos y 28 segundos
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Ya os hablé en cierta ocasión de Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica. Un hombre así, a primera vista, debería haber sido idolatrado por el gobierno de su país. Al fin y al cabo, les había entregado la mayor arma creada en la historia hasta el momento. Pues no fue así y sobre ello os hablaré en nuestra historia de hoy.

Oppenheimer (Oppie, como le llamaban todos los que le conocían) no fue nunca un físico de primera fila como pudo ser Dirac, Pauli y tantos otros; pero tampoco era manco. En 1922 fue a Harvard con la intención de estudiar química. Aparte de ser el primero en las clases de química, destacó en física, filosofía oriental, griego, latín y arquitectura. Llegaba regularmente a las 8 dela mañana a los laboratorios, pasaba el día haciendo clases y por la noche seguía leyendo. Cambió a la física y completó la carrera de 4 años en sólo 3 licenciándose summa cum laude. Hizo publicaciones con Born y Dirac y entre 1926 y 1929 publicó no menos de 16 trabajos, 6 de los cuales estaban en alemán. Los estudiantes de física, todavía hoy, resuelven problemas de mecánica cuántica utilizando la aproximación de Born-Oppenheimer. Era un hombre algo extraño y con una gran cultura. Aparte de hablar 8 idiomas, leía filosofía y escribía poesía vanguardista. Aunque sofisticado, también era muy frío. Tenía muy poco contacto con el mundo “real”. En su apartamento no había teléfono ni radio y nunca leía periódicos o revistas. Un colega suyo recordaba que no se enteró del Crack de la Bolsa de Wall Street de 1929 hasta 6 meses después. Podía inspirar una gran lealtad, aunque muchos le consideraban elitista y arrogante. Opiniones para todos los gustos, según parece. Lo que sí es cierto es que fue un líder.

El responsable militar del Proyecto Manhattan era el general Leslie Groves: más de cien kilos de general, que afirmó sobre Oppie (con perdón): Es el hijoputa más grande que he conocido en mi vida, pero también uno de los individuos más capaces.

Pues bien, después de lanzadas las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki se sintió bastante culpable. En octubre de aquel mismo año, dimitió de su cargo en Los Álamos para volver a su trabajo de docente. Dijo varias frases que se han hecho famosas. En su discurso de dimisión, ante todos y llanamente, afirmó:

Si se añaden las bombas atómicas a los arsenales de un mundo en guerra … la humanidad va a maldecir el nombre de Los Álamos.

Se preguntaba ante sus compañeros: “¿Hemos hecho la obra del diablo?”. El físico Freeman Dyson comentaría más tarde: “Nadie mejor que Oppenheimer podría encarnar al doctor Fausto. Lo malo es que cuando se pacta con el diablo uno no se puede volver atrás”.

Otra conocida frase famosa fue:

En cierto sentido duro y crudo, que ninguna vulgaridad, broma o exageración puede borrar por completo, los físicos han conocido el pecado; y éste es un conocimiento que nunca podrán perder.

Esto irritó a muchos de sus colegas incluyendo a su profesor de Harvard, Percy Bridgman, (Premio Nobel de Física en 1946) quien replicó:

Si hay alguien que deba sentirse culpable ése es Dios, que puso los datos a nuestro alcance.

El propio Oppenheimer, recitó a propósito de su creación los célebres versículos del Bhagavad Ghita: Si el esplendor de mil soles estallase de golpe en los cielos, sería comparable al resplandor del Gran Ser y Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos.

En otra ocasión, al presidente Truman le confesó:

- Señor presidente, me siento como si tuviera las manos manchadas de sangre.
– ¿Por qué no se las limpia? – contestó fríamente Truman, sacándose un pañuelo del bolsillo.

Más adelante, el presidente comunicó a sus ayudantes que no quería volver a verlo nunca más. No sé cómo debía ser este hombre como político, pero como persona no parecía muy encantador.

Oppie se negó a apoyar la construcción de la bomba de hidrógeno a la que llamaban “la súper”. Tal y como las bombas de Hiroshima y Nagasaki (de fisión) tienen un límite teórico, la súper (de fusión) no lo tiene. Para que os hagáis una idea de su poder, sabed que para ponerla en marcha necesita altas temperaturas y para ello el detonante es una bomba atómica de las anteriores para empezar el proceso de fusión del hidrógeno.

Negarse como se negó Oppenheimer estaba muy mal visto por el gobierno. Lewis Strauss fue nombrado presidente de la Comisión de Energía Atómica de la que Oppenheimer era asesor. Este hombre, además, le tenía cierta tirria. Un tal William L. Borden, en una carta al director del F.B.I. (y más tarde Edward Teller lo repetiría), dijo que es más que probable que Oppenheimer sea agente de la Unión Soviética. Resulta que su hermano era comunista al igual que su mujer. Además había dado trabajo a físicos comunistas y de izquierdas. Lo más curioso es que desde antes de Los Álamos lo sabían y sin embargo le habían dado luz verde a todo. Esto lo habían sacado 10 años después.

El Comité Conjunto del Congreso sobre Energía Atómica estaba examinando la solicitud del gobierno noruego de recibir un milicurio de hierro 59. Los noruegos lo querían para observar la conducta del acero en determinados procesos. En general no se solía denegar, pero Strauss vio que alguno de los miembros del equipo noruego tenía tendencias de izquierdas y decidió que ni hablar. Oppie, por el contrario pensaba que sí, pues tarde o temprano el conocimiento nuclear les llegaría. El debate estaba servido.

- Pueden ser esos isótopos utilizados para objetivos militares?
– Nadie puede decir que no se pueden usar esos isótopos para la energía atómica – respondió Oppie -. Para la energía atómica se puede utilizar incluso una pala, y se utiliza.

Hubo risas. Oppie continuó:

- Para la energía atómica se puede usar una botella de cerveza, y se usa.

Más risas. Strauss se ponía más y más rojo (y eso que no quería tener nada que ver con los comunistas). Se estaba dando cuenta que Oppie se estaba riendo de él. El senador Knowland le preguntó:

- ¿No es cierto, doctor, que los intereses generales de defensa nacional de un país se basan en algo más que en simples avances secretos de tecnología militar?
- Por supuesto – contestó Oppie – y mi propio concepto de los isótopos en este sentido general es que tienen mucha menos importancia que los artilugios electrónicos, pero más importancia que, pongamos por caso, las vitaminas.

Fue demasiado para Strauss. Le hizo seguir por agentes del FBI e incluso poner instrumentos de vigilancia en sus despachos. Fue acusado de “asociación con notorios comunistas” (su hermano) y de “oponerse al desarrollo de la bomba de hidrógeno” (su trabajo). El comité, aunque a regañadientes, tuvo que admitir que no era culpable de traición (crimen por el que los Rosenberg acabaron en la silla eléctrica).

Pusieron micrófonos en su oficina, su correo y sus escritos académicos fueron examinados con lupa y censurados, incluso le impidieron la entrada a su despacho mientras le retiraban la caja fuerte para llevarse todos los documentos que había en ella. Perdió acceso hasta a documentos que él mismo había escrito antes. Su acreditación de seguridad le fue retirada.

Strauss intentó incluso que lo echaran del Advanced Institute of Princeton. Nadie del gobierno le ayudó jamás. Sin embargo, llegados a este punto, el profesorado del citado Advanced Institute se reunió y presentó una carta de apoyo incondicional firmada por hombres de la talla de Albert Einstein, Freeman Dyson, Kurt Gödel, John von Neumann, Oswald Veblen y otros. Con esta gente, Strauss no se atrevió.

En resumen. Oppenheimer fue derrotado y frustrado por un gobierno que quiso sacárselo de encima. Sufrió cambios drásticos: encaneció, volvió a quedarse en los huesos y desarrolló una serie de tics. Aunque no lograron echarle del Advanced Institute sí consiguieron deshacer su vida personal. Una curiosa forma de agradecer su labor.

Pasaron nueve años antes que se hiciera justicia. En noviembre de 1963 el presidente John Fitzgerald Kennedy decidió su tardío nombramiento para el Premio Enrico Fermi, lo que habría de ser su perdón público (¿perdón? ¿de qué?). El mismo día en que Kennedy tomó esa decisión fue el famoso día en que le asesinaron. Fue el presidente Lyndon B. Johnson quien honró el compromiso. Pese al perdón no le devolvieron su acreditación. Cabe recordar aquí el famoso dicho que justicia retrasada es justicia denegada.

Extraña situación la de los científicos: a veces se les castiga por hacer el mal y a veces por advertir de los malos usos que se pueden hacer de la ciencia.

Fuentes:
“¿Quién ocupó el despacho de Einstein?”, Ed Regis
“The making of the atomic bomb”, Richard Rhodes
“El mundo y sus demonios”, Carl Sagan
“Oppenheimer y la bomba atómica”, Paul Strathern



Hay 16 comentarios a 'La caída de Oppenheimer'

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  1. #1.- Enviado por: Andony

    El día 4 de abril de 2007 a las 09:51

    Desde luego, vivir con una carga así debe ser la peor de las pesadillas hecha realidad…

    Como siempre, muchas gracias por el trabajo que te tomas para acercarnos a los profanos las historias (y las personas) que se esconden tras los grandes avances científicos

    A cuidarse!

    Andony

  2. #2.- Enviado por: Delirium

    El día 4 de abril de 2007 a las 10:16

    E. Teller contribuyó decisivamente a eliminar a Oppenheimer de los círculos de influencia científica… todo con tal de eliminar toda posible crítica a su defendida bomba de hidrógeno.

    A la pregunta de “si creía que el Dr. Oppenheimer es un riesgo de seguridad” respondió con “(…) sus acciones me parecieron complicadas y confusas. En esta medida, me gustaría ver los intereses vitales de este país en manos que comprendiese mejor, y en las que por consiguiente pudiese confiar más”.

    Por suerte para Oppenheimer, gente como Von Neumann, que alcanzó la máxima distinción que puede recibir un civil en el Ejército de los EE.UU, salió en su defensa, clara e inequívocamente. (Sí,ya sé que hubo más gente… pero es que soy informático).

    El belicismo de Teller se debe poder explicar (aunque no justificar, ya que Bethe defendió una postura contraria en sus mismas circunstancias personales) en su huída de Hungría ante el régimen comunista de Béla Kun en 1919.

    Me pregunto -y lanzo la pregunta al aire- qué hubiese sido de la ciencia europea si tantos talentos no hubiesen tenido que escapar de los regímenes dictatoriales del siglo XX.
    Einstein, Szilard, Pauli, E. Fermi, Von Neumann, Teller, E. Wigner, Hans Bethe…
    ¡Todos europeos que se vieron forzados a abandonar sus cátedras en universidades europeas para recaer en los EE.UU!

    Se hace curioso (y un poco triste) de imaginar.

    Gran artículo. Felicitats!

    (Fuente: Los Mundos de la Ciencia. José Manuel Sánchez Ron)

  3. #3.- Enviado por: Bender

    El día 4 de abril de 2007 a las 13:33

    Interesante cuestión la de esta entrada, más allá de los datos concretos. Mi opinión personal es que la Ciencia, como avance del conocimiento de la humanidad, siempre es positiva. Las aplicaciones de esta ciencia, desde el momento en que se basan en las necesidades y deseos humanos pueden emplearse para cuestiones muy negativas, como este caso en concreto.
    Los científicos tienen a la vez el deber y la responsabilidad de encauzar esos conocimientos hacia aplicaciones constructivas. Sin embargo, como seres humanos, se ven afectados por la soberbia, las presiones políticas o la necesidad de reconocimiento que fácilmente pueden llevarlos a tomar decisiones moralmente reprobables, y de las que tal vez más tarde renieguen.
    Es por ello que la sociedad en general debería involucrarse en el avance científico, no para controlarlo, sino para ponerlo en un contexto que tal vez el grupo de personas encargado del desarrollo no tiene, para darle perspectiva. Por desgracia, la bajísima cultura científica en general permite que el control de la ciencia sea exclusivamente político. Y ahí reside el peligro: una clase política más preocupada en los rendimientos a corto plazo que administran los fondos y, por tanto, escogen las líneas de investigación.
    De forma similar a la energía nuclear en los tiempos de Oppenheimer, actualmente la bio y nanotecnología ofrecen grandes posibilidades a la humanidad, pero también grandes riesgos potenciales. ¿En qué momento nos daremos cuenta de la necesidad de “invertir” en la formación científica y de involucrar a la sociedad en cuestiones que les afectan de forma directa?

  4. #4.- Enviado por: Macluskey

    El día 4 de abril de 2007 a las 16:07

    Menuda cuestión, polifacética donde las haya.

    Desde luego, la guerra ha sido desde siempre el máximo acicate para la investigación. Las mejoras en la metalurgia se pordujeron para hacer mejores espadas, o mejores cañones. En química, para hacer mejores explosivos, por ejemplo (véase Nobel).
    En informática, los primeros ordenadores serios se aplicaron a la ruptura de Enigma en la WW2. La investigación en energía nuclear fue instada, promovida, apoyada y pagada por los respectivos ejércitos, igual que la aviónica (las U2, por ejemplo), la investigación espacial (satélites espías y de comunicaciones militares, GPS que sólo al cabo de muchos años tiene usos civiles, etc) y las telecomunicaciones.
    En Construcción, la necesidad de hacer fuertes edificios, o construir rutas rápidas que permitieran la comunicación de los ejércitos ha sido clave para la mejora de técnicas constructivas (véanse los romanos).
    En Medicina, muchísimos descubrimientos se hicieron para ayudar a reducir la mortandad de los ejércitos ante heridas, enfermedades, etc.

    Nos guste o no (que a mí, no) el deseo de imponerse por la fuerza a tal o cual enemigo real o inventado ha sido siempre la motivación más importante de nuestra especie. Seguramente porque tener más poder en una sociedad como la nuestra implica, en términos reproductivos, más éxito en la perpetuación del ADN, propio o del grupo.

    Así que, sin investigación “militar” habría muchísima menos investigación “civil” y, desde luego, mucha menos tecnología.

    Y entiendo que Oppenheimer no quisiera trabajar en la creación de la bomba H, pero le dió igual, pues de todos modos se consiguió a principios de los 50.

    ¡Grave dilema el de los científicos! Como tienen que comer, tienen que trabajar para el que les paga: en estos tiempos, o el Gobierno o las corporaciones. Y no sé yo cuál de los dos es más depravado….

    Saludos y hasta el lunes a todos.

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 4 de abril de 2007 a las 20:52

    Andony: de nada, es un placer.

    Delirium: es una buena pregunta la que haces. He leído por algún sitio las condiciones necesarias para que se pueda dar el desarrollo de la ciencia en una sociedad (si lo encuentro, lo publicaré) y una de las que lo impedía era un régimen totalitario. Ya lo publicaré y estoy seguro que habrá muchas opiniones.

    Bender: coincido totalmente. La sociedad debe implicarse mucho más en el desarrollo de la ciencia. Y eso deberíamos extrapolarlo a la enseñanza y a los medios de comunicación. Hemos de mejorar mucho.

    Macluskey: me da la saensación que en tus comentarios yo siempre veo el lado positivo y tú el negativo :-) Tienes mucha razón; aunque muchos adelantos no fueron inicialmente para la guerra. Por ejemplo, las ondas electromagnéticas de Maxwell, los experimentos de Hertz, Faraday, el desarrollo de la radiactividad por los Curie, Ramón y Cajal, etc. Fueron científicos no relacionados con la guerra y que hicieron grandes avances.

    Yo diría que lo que introduce la guerra es más técnica y no más ciencia, salvo en el excepcional caso de la bomba atómica, donde fue estrictamente necesario.

    Es un tema muy largo e interesante para debatir :-)

    Salud!

  6. #6.- Enviado por: elpeor

    El día 5 de abril de 2007 a las 13:52

    “Si hay alguien que deba sentirse culpable ése es Dios, que puso los datos a nuestro alcance.”

    hay que ser hipócrita y cobarde para decir esta gilipollez.

  7. #7.- Enviado por: omalaled

    El día 5 de abril de 2007 a las 16:41

    elpeor: da tu opinión y argumenta tu postura, pero no insultes.

    Salud!

  8. #8.- Enviado por: dimeomorfismo

    El día 5 de abril de 2007 a las 20:25

    “y una de las que lo impedía era un régimen totalitario”.

    Con la excepción de la Unión Soviética.

  9. #9.- Enviado por: omalaled

    El día 6 de abril de 2007 a las 22:34

    Diomeomorfismo: sucede que la ciencia avanza de forma inexorable. La diferencia es la velocidad a la que avanza.

    No tengo tantos detalles como parapoder hablar de forma global de la Unión Soviética versus el resto del mundo. Pero un clarísimo ejemplo de retraso en la ciencia debido a su régimen fue gracias a Lysenko. La ventaja de este hombre era que Stalin le protegía. Mientras vivó, la biología soviética apenas avanzó. Aunque lo hizo, pero mucho más poco a poco que el resto del mundo.

    Una de las necesidades para el desarrollo de la ciencia es libertad total de ideas y que no salga un dictador que quiera imponer cómo es o deja de ser el mundo.

    Salud!

  10. #10.- Enviado por: Akiv

    El día 9 de abril de 2007 a las 01:13

    Esta bien que los científicos tengan conciencia y que esta se les retuerza cuando un trabajo suyo se desvía para hacer daño. Lo veo normal y tal vez debería asumirse como “daños colaterales”. Pero… ¿Qué ocurre con los científicos que desarrollan las cosas con la clara conciencia de hacer mal desde el principio?. Por que los hay que desarrollan virus o gases cuyo fin va a ser el único posible o el ingeniero que desarrolla una bala de bajo calibre y muy poca estabilidad para que cuando penetre en un cuerpo, la bala zigzaguee en el interior y haga más daño pero no mate. Este tipo de científicos y desarrolladores ¿Con que ética, moral o conciencia conviven?
    Bueno, Omamaled, como siempre tus posts interesantísimos.
    Un saludo.

  11. #11.- Enviado por: Macluskey

    El día 9 de abril de 2007 a las 10:13

    ¡Ay, Omalaled, que vas a tener razón!

    Como buen escéptico, siempre me pregunto el por qué de las cosas. Y procuro informarme para poder formarme una opinión. Y una vez te informas… bueno, te formas una opinión.

    Es posible que sea un pelo pesimista, pero ya se sabe lo que dice el proverbio:

    “Un pesimista es un realista bien informado”

    Un placer, como siempre, Omalaled, poder hablar civilizadamente de cosas interesantes. Echo mucho de menos la “civilización” en los actuales medios de comunicación, y este blog es un soplo de aire fresco entre tanto aire viciado.

    Enhorabuena.

  12. #12.- Enviado por: omalaled

    El día 9 de abril de 2007 a las 11:30

    Akiv: es cierto. Ha habido científicos que han buscado la destrucción como forma de vida. Uno de los mayores iconos en este sentido fue Edward Teller, quien promovió todo lo que pudo la bomba H, quien la investigó y quien se movió políticamente todo lo que pudo por la lamada “Guerra de las Galaxias”, y todo ello apoyado por Reagan. Y es cierto que hay científicos e ingenieros diseñando nuevas armas de todo tipo, incluso químicas o biológicas.

    Tal como no disculpo a Teller por su comportamiento, ¡ay!, sí disculpo a otros científicos porque también necesitan comer, como afirmaba Macluskey. Ellos no ven la muerte cara a cara. Ven sólo un experimento que tienen delante y no sus consecuencias. Mira si no los criptólogos, la máquina Enigma y toda aquella historia.

    Pero fíjate que siempre se habla de los científicos y nunca de los políticos o militares que declaran guerras desde sus cómodos sofás y la seguridad de sus despachos. No se mueven ni ellos ni sus familias a los campos de batalla. A ellos jamás se les ve un ápice de arrepentimiento y parece que duermen de un tirón.

    No obstante, me cuesta mucho creer que esos científicos que trabajan para comer hacen todo ello pensando en las muertes que causarán. Me cuesta creer quien encuentra una mutación que podría ser letal para la humanidad lo haga expresamente para ello y no por investigar más el comportamiento de un determinado virus.

    En fin, no sé cómo lo ves tú llegados a este punto.

    Muchas gracias por tus palabras, Macluskey. La frase que dices yo la conocía como “Un pesimista es un optimista con experiencia”. En mi opinión, cualquier avance tiene una parte buena y una parte mala. Donde estoy de acuerdo con tu pesimismo es que basta una persona de poder con actitud de sacar partido de la parte mala para incrementar su propio poder o egocentrismo para provocar una hecatombe. Sin embargo, hacen falta muchas (demasiadas) con buena fe para que los avances lleguen realmente a ser un beneficio para todos. Y donde yo hago hincapié es en que, realmente, acaban llegando. Sí, con retraso, pero llegan. Desgraciadamente, muchas veces después que muera el malo :-)

    Salud!

  13. #13.- Enviado por: .Marfil.

    El día 9 de abril de 2007 a las 16:26

    Muy interesante el tema, como siempre en este blog.

    En concreto este es uno de los temas que me fascinan, y dicho francamente, lo calificaría sin titubear como un aviso de las cosas más importantes en por lo menos en el siglo XX, no me refiero tanto al hecho de la explosión en sí, es algo sorprendente y aunque lo que se avanzó en ciencia en este sentido con el proyecto Manhattan fue bastante, lo básico se sabía antes de empezar el proyecto: Fisión, conversión de materia en energía, masa crítica, reacción en cadena. Tal y como dice Omalaled, los avances en el sentido militar son más técnicos que puramente científicos, y esto viene a colocación del punto que realmente considero importante, y es la poca consciencia que se ha tenido que la ciencia si bien es un producto abstracto de conocimiento, es en su más clara expresión: científicos, es decir, personas que se dedican a ello.

    Por norma general los científicos han tenido una más clara visión de lo que implica un conocimiento; por ejemplo en este blog se ha comentado en varios articulos lo que toco hacer para convencer a los políticos de que la bomba nuclear era algo realmente importante y que redefiniría las situciones de poder en las potencias; cuando en esa misma época unos pocos científicos, entre eminencias y no tan entendidos ya tenían claro lo que significaba desde los trabajos iniciales de fisión. El proyecto Manhattan termina de ilustrar esto, pues en ultimas fue el desarrollo de muy pocas personas, comparadas con un país por ejemplo, cualquier dominio económico, y militar tradicional se mide en millones de personas, consumo o demanda, soldados al frente, etc. En cambio en el caso de la tecnología, se sucede que esta realmente la poseen muy pocas personas, los Políticos en cierto modo sólo pueden usarla, pero no la comprenden y en ese sentido realmente no la poseen; así sucede que si bien en esta historia se narra toda la entretención que tuvieron con Oppenheimer, se les coló ( y muy abiertamente) Fuch, que fue en últimas el mayor responsable de hacer llegar los planos de la bomba a los soviéticos, ¿y básicamente por qué?, porque creía en sus ideales, en mundo más equilibrado, etc. No digo que la URSS sea eso, lo que quiero realzar es el peso que tiene una persona que realmente comprende una tecnología, son esas personas las que realmente la poseen y los políticos sólo pueden interferir de forma imperfecta a través de ellos; aveces esta diferencia opera muy poco, pero salvo visiones catastrofistas, el hecho es que la ciencia es más independiente de lo que se cree, es tal vez el producto holístico de la humanidad por definición; si vemos, ésta ha avanzado muy poco, pero la ciencia en cambio no.

  14. #14.- Enviado por: .Marfil.

    El día 9 de abril de 2007 a las 16:27

    Y aunque pueda ser malo tal y como decía Asimov, “la ciencia avanza más rápido que la sociedad”, también deja abierta una puerta y es que aún no hay un control absoluto sobre la ciencia en el sentido de que se la pueda instrumentalizar completamente; nos dirigimos hacia allí, pero precisamente también “la cabra tira al monte” y bien puede ser que con un poco de organización la ciencia pueda organizarse en un estatus más independiente de los gobiernos, básicamente no podemos olvidar que en una gran medida el científico tiene otras aspiraciones que las políticas, las económicas, etc. y los más grandes, que no por ello implica que todos, dedican su vida y su tiempo a un trabajo básicamente ingrato, intentar entender un mundo que no alberga una solución final, y si bien son corrompibles, lo que no se ha dado hasta el momento es que suceda todo lo contrario, una organización, que de darse sería bastante dificil de derrotar.

    PD: Nobel no inventó la dinamita con un sentido militar, precisamente al ver que ese termino siendo su uso fue que decidió dejar su herencia para los premios que llevan su nombre.

    El avance en metalurgia tampoco es equiparable; es decir, ¡cuántos años precisamente tomo darse cuenta de cómo funcionaba el acero por esta vía!, si se compara ello a lo que hicieron incluso los precientíficos en la Alquimia, con el interés de la piedra filosofal, es irrisorio en comparación al conocimiento que estos tuvieron, y si ya nos pasamos a los primeros pasos de la química propiamente dicha la distancia se hace muchísimo mayor, pensemos por ejemplo en la historia de la tabla periódica y el tiempo que llevo, en comparación a unas cuantas aleaciones que dieron nombre incluso a “edades”.

    El avance de la tecnología por la investigación militar es un hecho patente, pero está más centrado en la técnica que en la ciencia como tal, la ciencia busca conocer no destruir cosas.

  15. #15.- Enviado por: Akiv

    El día 9 de abril de 2007 a las 20:15

    Hola Omalaled:
    Comprendo tu defensa a ultranza de los científicos y de la ciencia (No puedes reprimir tu vena…eh? ;-) ) Y aclarar que yo también soy un enamorado de la ciencia (aunque es un amor poco correspondido, la mayoría de las veces, no me entero de nada :( ) pero creo firmemente en la ciencia y por eso hay que asumir el mal uso que se hace de ella a veces (como te dije podrían aceptarse como “daños colaterales”). Lo que asusta es que haya mentes lo suficientemente retorcidas como para idear ciertas cosas. Deja que vuelva al ejemplo de la bala (no sé si habrás oído hablar de ella) Leí sobre ella en la guerra de Yugoslavia, la utilizaban los francotiradores Serbios para no matar en el acto a sus víctimas y usarlas de “cebo” para atraer más víctimas que trataran de ayudar. Cuando lo leí, lo primero que me imagfiné fue al ingeniero que la ideó, trabajando tranquilamente en su casa, con el ordenador y rodeado de sus hijos, con el perro a sus pies y su mujer en la cocina haciendo la cena mientras él está pensando en como hacer mucho daño pero sin matar…Da escalofríos. Y me da igual si es un mandado o lo hace de motu propio… Creo que lo que hay que cuestionarse es de lo somos capaces los seres humanos y aquí cabría hablar de políticos y dirigentes pero como pienso que estos apenas son humanos… pues nada, lo que a mi me extraña es que científicos, con la cabeza bien amueblada, se presten a cosas así.
    Bueno Omalaled, gracias por tu atención si es que has logrado llegar hasta aquí ;) y recibe un cordial saludo….

  16. #16.- Enviado por: jose314

    El día 25 de abril de 2007 a las 03:13

    El uso con responsabilidad del conocimiento científico es la clave aqui; siempre me he preguntado: ¿Qué hubiera pasado si los científicos no hubieran temido tanto a Hitler; ahora sabemos que los nazis en ningun momento tuvieron un mega-proyecto parecido a los Alamos?. ¿Cómo es posible que ese miedo fuera tan irracional que llevó a la construcción de la bomba atomica en tan poco tiempo?

    La ironía aqui es que como resultado de el equilibrio armamentista que existió después por mas de 40 años nos llevó a los avances tecnológicos de los que ahora disfrutamos y hacemos uso en estos momentos, por ejemplo el internet.

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