Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial
El libro del que os hablaré hoy no es exclusivamente de ciencia pero utilizaré como excusa que gracias a él os he contado la historia del pykrete. Por otro lado, el libro lo conocí gracias a una entrada de Remo, quien ya en su día lo recomendó.
No sé si fue por mí mismo o porque mis profesores no me lo explicaron suficientemente bien pero el caso es que nunca me interesó la historia en sí misma. Ojalá hubiera tenido como profesor al autor de este libro. Existen libros que hacen afición a un tema y este es uno de ellos. En mi opinión, este libro es una joya.
Su autor nos deleita llevándonos de la mano a dar un paseo por las anécdotas y curiosidades de la Segunda Guerra Mundial. El libro está plagado de historias personales que tocan la humanidad e inhumanidad de estas situaciones en guerra. Para empezar, cita una reflexión de Blaise Pascal:
¿Puede haber algo más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del río y porque su príncipe tenga una querella contra el mío, aunque yo no la tenga contra él?
No sigue una línea argumental, sino que va saltando de anécdota en anécdota, de manera que no hace falta leerlo de un tirón o de inicio a fin. Y las historias son de lo más variado, curiosas, divertidas y sorprendentes. Vamos, de aquellas que no se encuentran fácilmente en los libros de historia. Os doy algunos ejemplos.
En cierta ocasión, un avión ruso fue derribado por el fuego alemán. Observaron, entonces, que dicho avión era muy simple: tenía lo estrictamente necesario para volar y no la multitud de instrumentos que llenaban el tablero de los aviadores alemanes. Cuando le preguntaron al aviador ruso cómo era posible volar con esos medios tan arcaicos, contestó:
- Nosotros calculamos que un avión ruso vuela, como término medio, siete veces antes de ser derribado … ¿Para qué gastar tanto dinero por siete vuelos? ¿No es preferible construir el doble de aparatos primitivos que la mitad de aparatos perfectos?
Para quien tenga como sueño ser un soldado y entrar en acción, quizás el ejemplo siguiente pueda desanimarle: mientras Hitler estaba obsesionado en conquistar Stalingrado, Stalin estaba empeñado en no ceder sin importarle el coste en vidas humanas (por supuesto, sin contar la suya). Cuando en 1942 el ejército alemán estaba a las puertas de la ciudad, los reclutas rusos eran destinados al lugar para defenderla y llegaban desorientados en ferrocarril. Eran sacados violentamente de los vagones y empujados a a través del Volga bajo una nube de proyectiles. Los que conseguían llegar al otro lado debían asaltar las posiciones alemanas, muchos de ellos sin armas, por lo que debían tomar las que dejaban los compañeros que iban cayendo bajo el fuego de las ametralladoras. Si retrocedían podían ser abatidos por los comisarios políticos. Una situación algo embarazosa, ¿verdad?
Cuenta más cosas, como la historia de que, al llegar a Viena, los rusos no sabían qué eran y para qué servían los inodoros (incluso los confundieron con neveras … imaginad cuando tiraron de la cadena); de cómo un aviador japonés que bombardeó Oregón fue invitado dos décadas más tarde a ver el lugar que había sobrevolado siendo recibido con honores por los EEUU; de los inicios de la CIA; del recuerdo que dejaron en la batalla de El Alamein: quedan unos 18 millones de minas enterradas por el desierto y por ello los lugareños no tienen costumbre de darse la mano, pues numerosos habitantes han perdido una; de cómo iba a haber un intento de fuga en un planeador pero que finalmente no se llevó a cabo, aunque más tarde los ingenieros que estudiaron los planos del mismo afirmaron que, efectivamente, hubiera cumplido su misión (lástima de hombres ingeniosos utilizados en pro de la guerra y no de la ciencia); de cómo lo que se cuenta en la película La gran evasión es bastante fidedigno con la realidad (citando como gran excepción la escena de Steve McQueen con la moto); de cómo se utilizó el idioma indio y el euskera para retransmitir mensajes secretos, gracias a a que poca gente los hablaba; de cómo un proyectil salvó a un granjero justo cuando le iban a ejecutar; de cómo un caramelo salvó la vida de un soldado; de un alemán que bombardeó un hospital, fue derribado y tuvo que ser atendido en el mismo hospital que había bombardeado; de cómo a un soldado japonés de los EEUU le dieron la Medalla de Honor el año 2003(!); de cómo los alemanes jugaban una partida de cartas en túneles que habían hecho bajo las montañas mientras los aliados les bombardeaban; de la reunión de Hilter y Franco en Hendaya; de cómo Churchill salía a contemplar la caída de las bombas en lugar de refugiarse en el búnker y para evitarlo su ayuda de cámara le escondía los zapatos, a lo que Churchill, enojado, respondió:
- De pequeño, mi niñera nunca pudo evitar que me escapara a dar un paseo por Green Park cuando me apetecía hacerlo. Ahora que soy un adulto, no me lo va a impedir Adolf Hitler.
Y muchas más como que la famosa frase “volveré” no es del Terminator de Schwarzenegger, sino de Douglas MacArthur; la de un catalán llamado Joan Pujol que hizo de agente doble y fue condecorado por ambos bandos por lo mismo; del papel de los locutores de radio durante la guerra; de los japoneses que estuvieron más de 20 años aislados pensando que la guerra continuaba; de dos estadounidenses que se llamaban igual y la novia del primero escribía cartas pero le llegaban al segundo y acabó casándose con este último; de cómo la censura militar no permitió difundir imágenes del desembarco para no tocar la moral de la tropa; etc.
¿Queréis más? Pues os recomiendo leer el libro. Lo único que me queda por asimilar es cómo su autor ha sido capaz de recopilar toda esa información. De hecho, ha visitado todos esos lugares de os que nos habla, desde el campo de batalla de El Alamein hasta las playas de Normandía. Aun así, ¿cómo se pueden saber tantas y tantas anécdotas?
Sin duda, leeré más libros de este autor para seguir disfrutando.
Título: “Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial”
Autor: Jesús Hernández
Actualización: Me dice Lalo en un comentario que el autor tiene un blog. En él pone todos los libros que ha escrito. No dudéis que los veréis comentados aquí tarde o temprano.
Otras opiniones del libro:
http://curiosoperoinutil.com/2006/07/23/libro-las-cien-mejores-2006-23-r
http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=2885
http://www.elmundo.es/elmundolibro/2004/06/18/historia/1087559491.html
El día 4 de noviembre de 2007 a las 22:24
Efectivamente es un libro excelente.
Hasta la foto de portada tiene anécdota : la afición de W. Churchill a las armas y a ser retratado con ellas, fueron usadas como propaganda por los nazis para presentarlo como un belicista.
Saludos.
El día 4 de noviembre de 2007 a las 23:40
De hecho el libro tiene una segunda parte titulada “Hechos insolitos de la Segunda Guerra Mundial”.
Los he leido los dos y la anecdota que más me impresionó, no recuerdo en cual está, fue la del pelotón de soldados aliados que desorientados ordenaron a su propia artillería bombardear la posición en la que creían encontrarse, por suerte no se encontraban donde pensaban y al ver donde caían los obuses pudieron orientarse. Con razón, a partir de ese día se prohibió el uso de esa técnica de orientación.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 00:03
Ese libro lo compré en el Aeropuerto de Gran Canaria antes de volar a Madrid. Comencé a leerlo antes de despegar y al aterrizar en Madrid iba casi por la mitad. Un gran libro, ameno y muy bien escrito, así como su segunda parte. Muy buena recomendación.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 00:19
Me lo apunto: mil gracias por la recomendación y por la excelente sinopsis
Un saludete desde Amsterdam,
Paquito.
http://paquito4ever.blogspot.com
El día 5 de noviembre de 2007 a las 00:46
Me lo apunto. Yo siempre he sido un gran aficionado a la historia, tanto historia militar como científica. Seguro que lo disfruto enormemente. gracias por la recomendación.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 01:01
Coincide que lo estoy leyendo. Aún no he leído todas las historias pero sin duda es muy entretenido.
Sobre lo que cuentas de Stalingrado, hay una peli que, creo, se titula precisamente así, Stalingrado (el prota es Jude Law) En ella se ve como los llevaban al frente para servir, literalmente, de “carne de cañón”. Los primeros días del enfrentamiento, casi hubo tantas bajas rusas por balas propias como por balas alemanas.
Buena recomendación…
Un saludo.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 09:19
Para Akiv; el título de la película es “Enemigo a las puertas”.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 10:13
para akiv y Ventura: la peli que dice akiv es “Enemigo a las puertas”, pero también hay una que se titula “Estalingrado”. Es alemana, y yo la ví en v.o.s., aunque seguro que hay versión doblada; es dura, dura, pero buenísima.
para el autor: muchas gracias por mantener esta página; sigue recomendando libros, porfa.
El día 5 de noviembre de 2007 a las 17:22
He quedado encantadísmo de los comentarios y, sobre todo, de ver cómo muchos de vosotros ya lo habíais leído. Me habéis alegrado el día.
Muchas gracias.
Salud!
El día 5 de noviembre de 2007 a las 18:30
muy interesante, lastima que en Argentina no se consiga..
saludos
El día 5 de noviembre de 2007 a las 20:37
Sobre los aviones rusos creo que se puede utilizar un razonamiento inverso. Tal vez volaban en promedio 7 veces dado que la tecnologia que tenian no era suficiente. La pregunta que tengo es, cuantas veces en promedio volaban los aviones alemanes?
El día 5 de noviembre de 2007 a las 21:03
Luis Carlos: no lo sé …
Diego: si miras la web http://www.iberlibro.com verás diferentes bibliotecas que lo tienen. ¿No podrías encargarlo en alguna de ellas?
Salud!
El día 6 de noviembre de 2007 a las 00:30
No me he leido ninguno de los dos libros que aconsejaís, aunque sobre la II GM tengo la fortuna de saber para largo.
Una historia sobrecogedora es la del “El pelotón perdido” en el desierto de África, no sé si se mencionará, pero es digna de ser conocida. Los hechos transcendentales de la historia tienen su propia historias.
El día 6 de noviembre de 2007 a las 18:30
me encanto todo lo comentado y con tu permiso, tenia pensado publicarlo casi como lo has hecho tu, citandote como corresponde. yo el libro no lo he leido, porque no sabia de el, lo buscare sin falta!!!un saludo, seguire pasandome por tu pagina
El día 6 de noviembre de 2007 a las 22:46
Pues otro libro a la (demasiado larga) lista de pendientes.
Diego, siempre está el comodín. ^^
El día 6 de noviembre de 2007 a las 23:21
Voy ahora mismo a preguntarle a mi mujer si lo tiene en la biblioteca (es bibliotecaria) tiene una pinta estupenda.
Algo he leido sobre una de las anecdotas. Muchos americanos descendientes de Vascos emigrados a Norteamérica fueron reclutados como operadores de radio para transmitirse ordenes en euskera. La orden del incio de la batalla de Guadalcanal se dió en esta lengua.
Saludos.
El día 7 de noviembre de 2007 a las 12:36
Despues de ver el articulo y los comentarios me fui al Corte Ingles y me lo compré…. jajajajaja
Un saludo y enhorabuena por la página.
El día 8 de noviembre de 2007 a las 01:24
Antes de nada, dar mis felicitaciones por el magnífico blog.
Tras leer la entrada me entraron ganas de leerme el libro. Justo hoy he acompañado a una amiga a comprar un libro y me he acordado y he preguntado por él.
En la Fnac de Callao (Madrid) no lo tenían y en la Casa del Libro y en El Corte Inglés solo la edición de tapas duras (23€ frente a los 9€ de la de bolsillo).
Sin embargo, he tirado la casa por la ventana y ya he empezado a leérmelo.
El día 8 de noviembre de 2007 a las 01:41
Gracias por vuestra confianza. El libro os encantará.
No obstante, los libros no tienen por qué comprarse. Os recomiendo que os hagáis socios de alguna biblioteca. Hoy día, las bibliotecas te traen los libros desde otra. En Barcelona, yo los pido donde vivo y tardan apenas una semana en traérmelos.
Por otro lado, antes de comprar un libro, buscadlo en http://www.iberlibro.com/ y podéis encontrarlos de segunda mano y muchas veces más baratos.
Salud!
El día 8 de noviembre de 2007 a las 14:39
Hola,
sobre Joan Pujol hay un libro excelente y también muy ameno que explica su historia.
se titula:
Juan Pujol, el espia que derrotó a Hitler. Javier Juarez.
Me apunto el libro que recomiendas.
hasta luego
El día 9 de noviembre de 2007 a las 15:23
José Hernandez, el autor del libro, tiene una página web: http://es-la-guerra.blogspot.com/.
Es de las que visito a diario como hago con esta. Nunca he escrito porque aquí vengo a aprender y a pensar, nunca tengo nada que poder añadir.
Omalaled, me encanta tu página. Gracias.
El día 9 de noviembre de 2007 a las 15:32
Ramón T: y yo me apunto el tuyo. Gracias
Lalo: Muchas gracias a ti. Ahora hago una actualización.
Salud!
El día 11 de noviembre de 2007 a las 18:02
Creo que la anécdota de Stalingrado es falsa, pero no recuerdo dónde lo leí. ¿De verdad creéis que enviaron a soldados rusos a luchar sin armas? Me parece más propaganda antisoviética que un hecho contrastado. Lo que si me parece un error es explicar un hecho histórico mencionando una película, más aún una manifiestamente fantástica, a pesar de que utilice nombres reales, tanto de lugares (Stalingrado) como de personas (Zaitsev).
El día 13 de noviembre de 2007 a las 19:19
yo siempre (o casi siempre) comienzo un libro en la biblioteca, ya que tambien soy de barcelona (viladecans) y tienen un servicio estupendo, ya que puedes hasta solicitarlo por internet sin problemas.
Si me agrada, entonces lo compro y entra en mi valiosa coleccion de libros
El día 14 de noviembre de 2007 a las 00:55
Laertes: es posible. Aun así, me lo creo. Los rusos ni conocían el WC
pamela: supongo que te refieres a pedirlos independientemente de la biblioteca. Yo lo hago mucho
Lo que no sabía era que se podían pedir a través de Internet.
Salud!
El día 14 de noviembre de 2007 a las 01:29
Lo de los rusos en Stalingrado es probablemente falso, por ejemplo gente como Beevor no lo recogen, y lo cierto es que en la 2GM los rusos tenian cantidades industriales de armas pequeñas. Sale en Enemigo a las puertas, pero se trata de una pelicula muy efectista.
Si que recuerdo haber leido algo semejante hace mucho tiempo de supervivientes de la guerra civil, que decian que muchos soldados republicanos iban al frente armados con una pistola y otros…. con una navaja!!
El día 23 de noviembre de 2007 a las 00:56
Hola, pues soy el autor del libro de marras…
Me alegro de que os guste; para mí, la opinión de los lectores es muy valiosa, y vuestras aportaciones me han sido muy útiles para saber lo que gusta más o menos, mejorar cosas o corregir errores en las nuevas ediciones de mis libros.
Para cualquier cosa, estoy siempre aquí:
http//es-la-guerra.blogspot.com
Así que gracias y felicidades por este blog.
¡Saludos!
El día 23 de noviembre de 2007 a las 01:10
¡Hombre!, Jesús:
muchas gracias por pasarte por este humilde lugar y dejar el comentario y, sobre todo, por haber escrito ese libro. Que sepas que ya tengo en mis manos “Hechos insólitos…” y que en breve será devorado … y teniendo en cuenta que a un servidor no le gusta la historia.
Un cordial saludo.
El día 30 de noviembre de 2007 a las 19:53
de cómo un aviador japonés que bombardeó Oregón fue invitado dos décadas más tarde a ver el lugar que había sobrevolado siendo recibido con honores por los EEUU
Como todas las anécdotas tengan el rigor de ésta…, me quiere alguien decir por favor ¿cuando se acercaron los japoneses a los EE.UU. continentales?
El día 30 de noviembre de 2007 a las 21:30
yomismo: si lees el libro, te explica con pelos y señales todos los detalles. Aun así, cuando quieras poner en duda alguna cosa explicada por un entendido en la materia como el autor del libro (cuyo blog te recomiendo mirar), debes hacerlo con conocimiento de causa. Ese japonés se llamaba Nobuo Fujita y puedes encontrar más detalles en la wikipedia y si se te da mal el inglés, como es mi caso, te dejo este otro enlace que, a su vez, cita al periódico El País como fuente.
Otras historias más raras que he leído las he verificado yo mismo. Para mí, el autor de este libro, es 100% fiable.
Salud!