Carta de Henry Bethe

Publicado el 25 de septiembre de 2010 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 2 minutos y 22 segundos
Este artículo se ha visitado: 21.607 views

Algunas de las historias de la ciencia más bonitas son aquellas que involucran a un genio apasionado y a un niño al que le está despertando la curiosidad. ¿Por qué la ciencia y los científicos no van a ser capaces de tocarnos la fibra sensible? Pues bien, cuando murió Richard Feynman (¿lo recordáis? aquel que fue Premio Nobel y declarado deficiente mental por el ejército de los EEUU), Henry Bethe, hijo de Hans Bethe, escribió una carta a la Sra. Feynman en la que le contaba un bonito recuerdo.

 

Querida Sra. Feynman:

No nos hemos encontrado, me parece, con la frecuencia suficiente para que ninguno de los dos haya podido arraigar en la memoria consciente del otro. Le ruego pues perdone cualquier impertinencia, pero no podría dejar pasar desapercibida la muerte de Richard, ni la oportunidad de añadir al suyo mi propio sentimiento de pérdida.

Dick [el nombre de pila de Feynman] fue el mejor y mi favorito entre los diversos “tíos” que rodearon mi infancia. Durante su estancia Cornell fue visitante asiduo y siempre bienvenido a nuestra casa, a quien siempre se podía sacar de la conversación con mis padres y con otros adultos para hacerle derrochar atención sobre los niños. Fue a un tiempo gran compañero de juegos con nosotros y maestro que incluso entonces nos abrió los ojos al mundo que nos rodea.

El favorito de mis recuerdos es cuando teniendo yo ocho o nueve años me encontraba sentado entre Dick y mi madre, esperando a que el distinguido naturalista Konrad Lorenz, diera una charla. Estaba yo inquieto e impaciente, como les pasa a todos los niños cuando les mandan estarse quietecitos en su asiento; entonces Dick se volvió hacia mí y dijo:

— ¿Sabías que hay el doble de números que de números?
— ¡No, no los hay! —. Yo tenía una actitud defensiva de mis conocimientos, como todos los jóvenes.
— Sí, sí que los hay; te lo voy a demostrar. Di un número.
— Un millón —. Un número grande para empezar.
— Dos millones.
— Cincuenta y cuatro.

Dije unos diez números más y cada vez y Dick me cantó un número que era el doble de grande. Por fin se hizo la luz.

— Ya veo. Entonces también hay tres veces más números que números.
— Demuéstralo —dijo el tío Dick.

El mencionó un número y yo dije otro tres veces mayor. Probó con otro. Volví a hacerlo otra vez. Y otra más. Entonces dijo una cifra demasiado complicada para poderla multiplicar mentalmente.

— Tres veces esa —dije yo.
— Así pues, ¿hay un número más grande que los demás? —, preguntó.
— No —repliqué.— Porque para cada número hay otro que es dos veces mayor, otro que es tres veces mayor. Incluso hay uno que es un millón de veces más grande.
— Exactamente. Y esa noción de crecimiento sin límite, de que no hay un número más grande que todos, se llama infinito.

En ese punto llegó Lorenz, y nos callamos para escucharle.

Cuando Dick se fue de Cornell dejé de verle con frecuencia. Pero él dejó conmigo brillantes recuerdos, la noción de infinitud y nuevas formas de aprender acerca del mundo. Le amé con gran afecto.

Sinceramente suyo,

Henry Bethe.

Fuente:
“¿Qué te importa lo que piensen los demás?”, Richard P. Feynman



Hay 6 comentarios a 'Carta de Henry Bethe'

Subscribe to comments with RSS or TrackBack to 'Carta de Henry Bethe'.

  1. #1.- Enviado por: Panta

    El día 25 de septiembre de 2010 a las 21:09

    Impagable.
    Como recuerdo emocionado a un amigo desaparecido me has evocado otra carta preciosa, la de A. Einstein a viuda de su amigo Michelle Basso. si no me equivoco eran : “Se me ha adelantado un poco a la hora de abandonar este mundo extraño. Esto no significa nada. Para nosotros los físicos creyentes [en la física] la distinción entre pasado, presente y futuro sólo tiene el significado de una terca ilusión”
    Saludos

  2. #2.- Enviado por: Alasanid

    El día 26 de septiembre de 2010 a las 16:31

    Aquesta és una de les coses que més admiro de Feynman, aquestes ganes d’ensenyar coses a tothom.

    El jove Henry va ser prou llest!

    PS: M’estic llegint “ohalá lo supiera”, i es veu aquest esperit.

  3. #3.- Enviado por: moebius

    El día 26 de septiembre de 2010 a las 22:43

    aunque sea una historia apócrifa me ha gustado mucho una anécdota de Niels Bohor, pueden leerla aquí:

    http://www.ikkaro.com/anecdota-niels-bohr

  4. #4.- Enviado por: alvaro

    El día 8 de octubre de 2010 a las 20:06

    vaya,son muy emotivas estas historias,a ver si poneis más,la gente debería conocerlas.

  5. #5.- Enviado por: Dangel

    El día 5 de enero de 2016 a las 22:34

    He descubierto tu blog hace un par de días y estoy fascinado con tus historias, recibe mi gratitud por dedicar tu tiempo a compartirlas y un cordial saludo desde México.

  6. #6.- Enviado por: omalaled

    El día 6 de enero de 2016 a las 02:31

    ¡Gracias! Un bonito regalo de Reyes :-)

Post a comment


1 + cinco =

Esta web utiliza cookies, ¿estás de acuerdo? plugin cookies ACEPTAR