La consciencia y 150 milisegundos

Publicado el 9 de febrero de 2009 en Curiosidades por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 6 minutos y 51 segundos
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Uno de los grandes misterios que tiene la ciencia hoy día es desvelar los secretos de la conciencia. ¿Por qué somos conscientes? ¿Dónde está exactamente la conciencia? Es curioso que de este tema se haya aprendido mucho a base de estudiar pacientes con lesiones cerebrales. Los párrafos que tenéis a continuación están extraídos del libro Deconstruyendo a Darwin, de Javier Sampedro. El PaleoFreak hace una crítica del libro con mucho más criterio de lo que un servidor podría hacer. No obstante, hay unas páginas en las que habla de la conciencia que es de lo que quiero hablaros en nuestra historia de hoy.

En 1978, los neuropsiquiatras E. Bisiach y C. Luzzatti pidieron a dos pacientes con graves lesiones cerebrales que imaginaran estar sentados en un extremo concreto de la Piazza del Duomo (algo que cualquier milanés conoce como la palma de su mano) y que describieran lo que veían con su imaginación desde esa posición.

Los dos pacientes hicieron una descripción muy correcta de los edificios y las estatuas del lugar, pero sólo los que estaban en la mitad derecha de la plaza desde su punto de vista. Ninguno de los dos advirtió de sí mismo que había olvidado la otra mitad de la plaza. Ambos estaban convencidos que la recordaban de forma muy exacta. ¿Les había borrado la lesión la parte izquierda de la Piazza del Duomo?

A continuación les pidieron que hicieran exactamente lo mismo, pero con la diferencia que estaban en el punto de vista opuesto de la plaza respecto del que se les había pedido al principio. Los pacientes describieron a la perfección todas las estatuas y edificios de la parte que antes parecía haber sido eliminada.

Esto revela que nuestro cerebro trabaja de una forma asombrosa. Si alguien nos pide describir un paisaje que nos es conocido, todos creemos hacerlo a partir de una especie de fotografía archivada en nuestra memoria y que lo único que debemos hacer es consultar esa fotografía.

Pues bien, nuestro cerebro no funciona así. La retina y las áreas cerebrales sí funcionan así, pero a la que envían la información hacia arriba, no se procesan como fotografías, sino como informaciones cada vez más abstractas y formalizadas.

Por ejemplo, si seguimos una señal, una neurona se activa o no en función de si hay una frontera entre luz y sombra, otra lo hace cuando es horizontal, otra cuando las fronteras forman un ángulo recto, otra si es un triángulo, pero no si es un círculo, etc. La escena no tiene nada que ver con una fotografía.

Los pacientes de Bisiach y Luzzatti nos revelan que cada estado de conciencia es una unidad indivisible. Estos dos pacientes, debido a su enfermedad, no eran capaces de procesar la información correspondiente a la mitad izquierda de su campo visual. No es que no la vean, sino que las áreas superiores de su corteza cerebral son incapaces de integrar esa información en su consciencia. No son capaces de detectar que hay un agujero en ella.

En la primera mitad del siglo XX se puso de moda tratar los casos graves de epilepsia mediante una intervención quirúrgica drástica: aislar los dos hemisferios cerebrales seccionando de un tajo el haz de nervios que comunica uno con otro llamado cuerpo calloso. Sorprendentemente, los individuos que salían de esta intervención parecían normales a todos los efectos. Pero una cuidadosa exploración psicológica puede revelar que su conciencia ha tenido un cambio crucial.

J.D. Holtzman y M.S. Gazzaniga analizaron en 1985 a varias personas que habían sido sometidas a esa operación. Le mostraron simultáneamente dos problemas visuales que tenían que resolver: un problema a su ojo izquierdo y otro a su ojo derecho. En estas condiciones muy artificiales, cada hemisferio cerebral sólo percibe uno de los problemas. Lo increíble es que los pacientes no tuvieron problema en resolver los dos problemas a la vez. Algo que no podría hacer una persona normal. En una persona con los dos hemisferios conectados por el cuerpo calloso, la consciencia es única y no puede enfrentarse a dos problemas visuales simultáneos. Pero en los pacientes con el cuerpo calloso seccionado, cada hemisferio forma una serie de estados de consciencia independientes.

Este experimento nos dice también que las personas somos la suma de dos consciencias desacopladas. El neurocientífico que más a fondo estudió a este tipo de pacientes durante décadas, Roger Sperry, concluyó en 1966:

La cirugía ha dejado a estas personas con dos mentes separadas, es decir, con dos esferas de consciencia separadas. Lo experimentado por el hemisferio derecho parece estar totalmente fuera del dominio consciente del hemisferio izquierdo. Esta división mental ha sido demostrada para la percepción, la cognición, la voluntad, el aprendizaje y la memoria. El hemisferio izquierdo, que es el dominante o principal, posee la capacidad del lenguaje, y normalmente se muestra hablador y disfruta de la conversación. El hemisferio derecho, sin embargo, es callado o mudo y sólo es capaz de expresarse a través de reacciones no verbales.

Pero no debemos olvidar el extraordinario hecho central: que la sección del cuerpo calloso convierte a una persona en dos. Los neurocientíficos Gerald Edelman y Giulio Tononi nos hacen la siguiente pregunta: ¿qué sucederá si un día somos capaces de conectar dos mentes con un haz de nervios para convertirlas en una conciencia única en indivisible?

Pero ¿qué es la consciencia? Edelman y Tononi afirman que la corteza cerebral está dividida en áreas especializadas: visuales, auditivas, olfativas, somatosensoriales (las que perciben y procesan el tacto), etc. Hace unos años se identificó una zona cortical que parecía estar implicada específicamente en el reconocimiento de las disonancias musicales. Sabemos, por tanto, que la corteza cerebral está compuesta de cientos de zonas especializadas, pero no sabemos en qué se basan esas especializaciones.

Cada una de esas zonas es responsable de un aspecto de la consciencia. Esto lo sabemos por los estudios sobre lesiones en una u otra área cerebral. Por ejemplo, las lesiones en la zona llamada giro fusiforme eliminan la conciencia del color. Aunque la retina y las áreas visuales primarias funcionan, la percepción no es capaz de integrarse en la consciencia y la experiencia del paciente es enteramente en blanco y negro. Es más: también sus imaginaciones, recuerdos y sueños pasan a estar en blanco y negro. Cuando una persona normal ve el mundo que le rodea, su experiencia del color rojo se basa en la actividad de ciertos grupos neuronales del giro fusiforme. Y cuando esa persona recuerda, imagina o sueña una escena, los colores rojos que aparecen en su escena se basan en la actividad de los mismos grupos neuronales. La rojez es un quantum de conciencia y dicho quantum puede formar parte de cualquier experiencia consciente que incluya el color como uno de sus elementos.

Ninguna lesión de un área concreta del cerebro elimina la consciencia en su conjunto. Pero muchísimas lesiones de una u otra zona de la corteza cerebral eliminan uno u otro quantum de la consciencia, bien sea la del color o la mitad derecha del campo visual.

No obstante, cada escena aparece en nuestra mente integrada como un todo. Edelman y Tononi afirman que la consciencia humana se basa en la gran capacidad de las distintas regiones especializadas de nuestra corteza cerebral para establecer rápidamente una red de interacciones mutuas y simultáneas. Esa red , por supuesto, no es instantánea, sino que tarda un tiempo en generarse. Por tanto, la consciencia no es un flujo continuo, aunque tengamos esa impresión.

¿Y cuanto duran esas escenas? La respuesta es que 150 milisegundos. Ese es el tiempo que le lleva a la corteza cerebral integrar todos los distintos quanta de consciencia. Este lapso de tiempo es suficientemente rápido como para satisfacer nuestras necesidades cotidianas. Es fácil ver en condiciones experimentales los límites de este tiempo. Si le pedimos a un voluntario que apriete un botón en cuanto vea aparecer una luz en una pantalla, lo hará mucho antes que hayan pasado 150 milisegundos. Pero si lo que le pedimos es que lo apriete cuando aparezca en la pantalla una cara conocida o una situación que no suponga ningún peligro (y que no lo haga cuando no sea así, claro está) el voluntario necesitará formar una escena consciente antes de apretar el botón y no podrá hacerlo en menos de 150 milisegundos. Nadie puede tomar más de una decisión cada 150 milisegundos.

Esta es una de las razones por la que podemos ver cine (el cine de verdad). Si la película pasa a 6 fotogramas por segundo o más lento, seríamos conscientes de cada fotograma y desaparecería la ilusión de realidad que sentimos en las sala de proyección. Cuando la película pasa a 24 fotogramas por segundo, cuatro veces más deprisa, que nuestra película interior, la ilusión de continuidad es perfecta. Incluso, se puede poner un fotograma con publicidad. Nuestra retina y nuestras áreas visuales primeras ven el anuncio, pero nuestra consciencia no.

¿Por qué funciona la publicidad subliminal? Porque las zonas anteriormente mencionadas están conectadas con los dispositivos cerebrales que disparan el deseo o la ansiedad, y lo hacen directamente, sin que medie la formación de una escena consciente, pues recordemos que necesitamos 150 milisegundos para formar nuestra escena, y la imagen sólo ha aparecido 20 milisegundos.

¿No os parece que queda mucho para sorprendernos?

Actualización: Me dicen en un comentario que lo de la publicidad subliminal no está del todo claro, así que lo elimino.

Fuente:
“Deconstruyendo a Darwin”, Javier Sampedro



Hay 20 comentarios a 'La consciencia y 150 milisegundos'

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  1. #1.- Enviado por: Milhaud

    El día 9 de febrero de 2009 a las 04:08

    Impresionante. Cada vez que leo algo como esto me doy cuenta de que apenas sabemos nada de lo que realmente somos, ni de como funcionamos.

    Somos la unión de dos partes… eso ya lo leí hace tiempo, pero nunca leí que era posible ‘separar’ las dos partes, de tal modo que terminen ‘independientes’.

    Gran artículo

  2. #2.- Enviado por: Daniel

    El día 9 de febrero de 2009 a las 09:27

    Según recordaba yo, que veamos la película como algo continuo tiene más que ver con el tiempo que tarda en estar en estado activo un cono o un bastón tras haberse excitado con un impulso luminoso y emitido su señal. Si se emite un fotograma entre otros dos sin “hacerle sitio”, simplemente la retina no estará en estado de captar la información, al estar todavía recuperándose del impulso anterior.
    La duración de la señal simplemente tiene que ser lo suficiente como para que la cantidad de luz recibida en cada célula de la retina provoque la emisión de una señal.

  3. #3.- Enviado por: Edark

    El día 9 de febrero de 2009 a las 12:52

    Excelente artículo. Completo y bien explicado.
    Sólo quería puntualizar una cosa: la publicidad subliminal no funciona.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Publicidad_subliminal#Experimento_y_tecnomito

    Un saludo.

  4. #4.- Enviado por: Miski

    El día 9 de febrero de 2009 a las 15:20

    Interesante como siempre…por cierto, me he quedao a cuadros con el articulo de la wiki sobre publicidad subliminal.
    Un saludo.

  5. #5.- Enviado por: Silvano Baztán

    El día 9 de febrero de 2009 a las 17:33

    ¡Hola, omalaled! Aunque la Ciencia no decae en su propósito, la perfecta unión de la psique y el soma sigue siendo infructuosa de explicar (por ahora) en el intento de destripar semejante relación.

    Como casi siempre (y, por otro lado, necesario para el humano) los estudios se basan en las consecuencias de los hechos y no en el propio proceso.

    No nos preocupemos demasiado…, ¡¡todo llegará!! Mientras tanto, seguiré leyendo tus interesantes entradas.

    Salud para ti y los tuyos.

  6. #6.- Enviado por: txeik

    El día 9 de febrero de 2009 a las 18:52

    No sé si en “Un antropólogo en Marte” o en “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” Oliver Sacks explica cómo un paciente solo comía la mitad de un plato de guisantes, la otra mitad no la veía hasta que giraba el plato.
    Explica también otras muchas historias que hacen que te replantees el funcionamiento del cerebro.

  7. #7.- Enviado por: Nachop

    El día 10 de febrero de 2009 a las 07:46

    A mi me gusta mas lo de si cablearamos dos cerebros ¿tendriamos una sola consciencia?

  8. #8.- Enviado por: ghostDancer

    El día 10 de febrero de 2009 a las 20:18

    En atletismo an las carreras hay un tiempo mínimo de respuesta ,por debajo del cual se considera salida nula porque se piensa que el corredor se ha adelantado a la salida, supongo que tendrá que ver con esto mismo
    @Nachop eso dependerá si el “software” está preparado para trabajar con más de 2 cpu, porque igual solo está preparado para trabajar con 2 hemisferios y aunque le conectes más no los reconoce y/o se bloquea, porque al duplicar funciones (habría partes repetidas) supongo que se podría dar algun tipo de cortocircuito, de todas formas la pregunta es muy interesante.
    @Omalaed excelente el blog, aunque no comento nunca me encanta y de vez en cuando me pongo a leer artículos “viejos” solo para disfrutar.

  9. #9.- Enviado por: Ender Muab'Dib

    El día 10 de febrero de 2009 a las 23:05

    Interesantísimo artículo, como siempre.

    ¿Esas personas con dos consciencias se comportan como si tuviesen dos personalidades diferentes? ¿Puede estar detrás de esto los casos de múltiple personalidad?

    También me ha llamado la atención la posibilidad de unir dos cerebros bajo una sola consciencia, sería algo tan alucinante…

  10. #10.- Enviado por: omalaled

    El día 11 de febrero de 2009 a las 02:11

    Muchas gracias a todos por los comentarios y gracias también por los elogios que siempre sois tan amables de hacer.
    Edark: he eliminado lo de la publicidad subliminal. no obstante, sí he de decir que el autor la cita en su libro.

    Esto de separar o unir las consciencias tiene miga. Y la tiene porque, encima, nos costará más definirla. Si podemos cambiarla o modificarla cortando un cable por aquí y otro por allá o dañando una zona… yo pregunto si algún día no seremos capaces de fabricar una en un laboratorio.

    Salud!

  11. #11.- Enviado por: alcaudon

    El día 14 de febrero de 2009 a las 18:18

    Cuando exponemos nuestra conciencia a 24 fps, no se necesita un cuadro para activar la “sublimalidad”, en realidad cada uno de esos 24 cuadros conlleva información que alcanza nuestro nivel conciente y mucha otra que se guarda en el subconciente
    Las imágenes fijas o en movimiento son todas subliminales y supraliminales a la vez. Todo radica en “ocultar” parte de la información a la vista del espectador. La publicidad subliminal existe pero no como se dice, publicdad subliminal es el fenotipo de la modelo se un anuncio, es el fondo de la escena, es el tipo de luz, el gesto del actor, la atmósfera visual y auditiva, todo lo que escapa
    A la primer impresión del sujeto espectador.
    De conectar dos cerebros, alguna vez se han sentido conflictuados entre portarse mal y portarse bien? Han sentido el conflicto interno entre su ser adulto y su ser infantil? Son nuestros hemisferios en conflicto, el hemisferio disciplinado, lógico y calculador, y nuestro hemisferio creativo, más infantil y arriesgado.

  12. #12.- Enviado por: alcaudon

    El día 14 de febrero de 2009 a las 18:21

    Tal vez al conectar dos cerebros “sentiríamos” esa otra voluntad como parte de nuestro yo.+tra voluntad a veces divertida y a veces autoritaria.

  13. #13.- Enviado por: Ahskar

    El día 15 de febrero de 2009 a las 20:00

    Suscribo la recomendación de los libros de Oliver Sacks. Con este autor más que ningún otro me he planteado las implicaciones de modificar el funcionamiento de nuestro cerebro.
    Un post tremendamente interesante Omalaled. Felicidades.

  14. #14.- Enviado por: Malkrdisto

    El día 20 de febrero de 2009 a las 06:49

    quiero hacer un cuestionamiento respecto a esa cifra de los 150 milisegundos, no sé si alguien sabrá donde está el problema, pero, una melodia compuesta por notas de 125 milisegundos de duracion, sin problemas el cerebro es capaz de obtener la melodía, e incluso si este sonido durase 80 milisegundos, ahora con mucha más dificultad, pero tambien las notas son obtenibles, pese a que ambas cifras estan bajo los 150 que se suponen son el umbral del cerebro. ¿Que estoy haciendo mal en mi analisis?

  15. #15.- Enviado por: omalaled

    El día 21 de febrero de 2009 a las 14:28

    Malkrdisto: Ten en cuenta el párrafo: Si le pedimos a un voluntario que apriete un botón en cuanto vea aparecer una luz en una pantalla, lo hará mucho antes que hayan pasado 150 milisegundos. Pero si lo que le pedimos es que lo apriete cuando aparezca en la pantalla una cara conocida o una situación que no suponga ningún peligro (y que no lo haga cuando no sea así, claro está) el voluntario necesitará formar una escena consciente antes de apretar el botón y no podrá hacerlo en menos de 150 milisegundos. Nadie puede tomar más de una decisión cada 150 milisegundos.

    Al escuchar una melodía no utilizamos la consciencia. El problema es cuando queremos reconocer algo, aplicar nuestra consciencia a algo. Cuando escuchamos, simplemente escuchamos, pero no intentamos hacer una escena de ello.

    Salud!

  16. #16.- Enviado por: Malkrdisto

    El día 22 de febrero de 2009 a las 06:56

    aaah! vale.
    Claro, uno hace luego si quiere el analisis de las notas que van, si estan tocadas en piannisimo o en forte, y lo que quiera, pero luego de haber capturado inconcientemente la melodia, no inmediatamente al escuchar.

    Gracias

  17. #17.- Enviado por: daphoene

    El día 8 de marzo de 2009 a las 12:35

    Creo que no es muy acertado decir “cuando escuchamos, simplemente escuchamos”, en mi humilde opinión, sí existe una representación cerebral a todos los niveles de lo que estamos escuchando, no sólo la melodía sino todo aquello que inspira, traduciéndose simultáneamente en muchas otras representaciones no verbales. El asunto clave es el que has apuntado de ‘no intentamos hacer’, probablemente sea el ámbito de las decisiones que requieren de una respuesta consciente. No olvidemos que escuchar puede ser sencillo, pero el que toca esas notas está tomando una infinidad de decisiones, eso sí, no de manera plenamente consciente.

    PD: Gracias por este blog que no me canso de visitar.

  18. #18.- Enviado por: Nuriki

    El día 9 de marzo de 2009 a las 12:59

    Me gustaría tener el cuerpo calloso diseccionado para poder echarle la culpa a una u otra conciencia cada vez que meto la pata…

  19. #19.- Enviado por: Juano

    El día 10 de mayo de 2009 a las 08:41

    La verdad que es muy impresionante lo que estan hablando, me gusta muchisimo, me prece super apasionante, pero al mismo tienpo me da como un poco de miedo maniputanos tanto, se que es imposible no hacerlo, esta en nuestros genes, somos asi, pero me da miedo, no se si miedo es la palabra, pero es raro lo que siento, que opinan?

  20. #20.- Enviado por: omalaled

    El día 10 de mayo de 2009 a las 17:23

    Juano: entiendo que te dé miedo. A mí me daría pánico que me tuvieran que operar de la cabeza. Somos materia y nuestra personalidad está allí.

    De hecho, mucho de lo que sabemos, más que por manipulación, ha sido por accidentes o enfermedades. Entendemos cómo funciona cuando vemos una parte que no va bien.

    Pero te entiendo. Perfectamente.

    Salud!

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