El inventor del teléfono

Publicado el 10 de mayo de 2006 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 6 minutos y 36 segundos
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La invención del teléfono es una de aquellas historias que a un servidor le gustaría no tener que explicar. Un técnico, un inventor, una persona que le da a la cabeza para hacer cosas nuevas es silenciado e ignorado por el resto del mundo mientras que otras personas se enriquecen a costa de sus ideas e inventos y ni siquiera la justicia está a la altura para resarcirle. Un cóctel que da nefastos resultados para la persona que tuvo la idea.

Antonio Meucci nació en San Frediano, hoy un barrio de Florencia, el 13 de abril de 1808. Estudió ingeniería mecánica en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Trabajó como técnico en varios teatros italianos hasta 1835, fecha en la que aceptó irse a Cuba, al teatro Tacón de La Habana.

Ya en esos teatros había ideado un sistema para permitir que los trabajadores del Teatro della Pergola se pudieran comunicar a distancia. Una vez en Cuba también inventó un nuevo sistema de galvanizado que fue aplicado al material militar. Además ideó un sistema de filtros para la depuración del agua e introdujo el uso de la parafina en la fabricación de velas. En resumen: era un inventor nato.

Otro de sus inventos fue un sistema de tratar las enfermedades mediante choques eléctricos que se hizo muy popular en La Habana. Un día que iba a administrar los choques eléctricos a un amigo, dejó a éste en una habitación mientras Meucci ultimaba detalles en otra. Su amigo habló y él oyó lo que le decía saliendo de los cables de cobre que unían las dos habitaciones. Su amigo había hablado encima de ellos. Al momento, se dio cuenta del potencial que tenía todo aquello. En 1850 viajó a Nueva York a desarrollar esta tecnología.

Pasaba días enteros encerrado en su laboratorio que tenía en el sótano sin apenas comer ni dormir. En 1854, después de una de esas noches sin dormir tuvo la gran idea. Con sus propias palabras:

“El invento consiste en un diafragma vibrante y en un magneto electrizado por un hilo en espiral que lo envuelve. El diafragma, al vibrar el sonido de la palabra, en cada vibración altera la corriente del magneto y produce una serie de interrupciones eléctricas muy rápidas, como los movimientos vibratorios del diafragma. Estas alteraciones de corriente, al transmitirse a la otra punta del hilo, imprimen análogas vibraciones al diafragma receptor y reproducen la palabra”.

En palabras llanas: un teléfono. Dicho y hecho. En 1855 su esposa Esther se había quedado paralítica y para poder hablar con ella instaló varios teléfonos que comunicaban varias habitaciones de la casa con su taller que estaba en un edificio cercano. Ella sonrió a su extravagante hombre.

- Para escuchar acerca el oído al receptor y para hablar apoya la boca en el micrófono.

La historia dice que pocos minutos después Esther oyó:

- ¿Cómo estás, querida?, soy yo, Antonio, ¿me oyes bien?
- Muy bien! – gritó.
- No hables tan fuerte, ¿quieres dejarme sordo? – replicó sonriendo.

En 1860 intentó fundar la “Teletrophone Company” pero sólo logró reunir 20 dólares de sus amigos. No tuvo suerte aunque organizó demostraciones prácticas de su invento para atraer inversores.

Una descripción del aparato se publicó en los periódicos italianos de Nueva York. A pesar de ello su situación financiera se hizo muy mala en 1861. Todavía se agravó por el hecho de que el vapor de nombre Westfield en el que volvía a Nueva York explotó quedando Meucci malherido en el incendio. Estando en el hospital, su mujer se vio obligada a vender muchos de sus prototipos, incluyendo el del teléfono, a un joven desconocido por seis dólares.

Volvió a reconstruir sus trabajos e incluso los mejoró. Quería patentarlo pero era muy caro, así que lo que hizo fue presentar una prepatente en la que se indica lo que se va a patentar. El 28 de diciembre de 1871 Meucci entregó la documentación. Ya con la prepatente en su mano ofreció su invento a la entonces poderosa empresa de telegrafía Western Telegraph. Meucci habló con su vicepresidente, un tal Edward Grant, para mostrarle su telégrafo parlante.

Renovó la prepatente en 1872 y 1873. Pero no tuvo dinero, 10 dólares, para hacerlo en 1874. Nadie ayudó a Meucci, anciano, con la ropa raída, el pelo blanco y una pierna y un brazo afectados por el accidente. Pidió a la Western que le devolvieran el material pero le dijeron que se había perdido.

En 1876 Alexander Graham Bell (1847-1922), un fisiólogo escocés patentó el teléfono. Lo presentó oficialmente en la Exposición de la Electricidad de Filadelfia de ese mismo año. El emperador de Brasil, al oír la voz distante que le hablaba gritó: ” Hay una voz! Oigo una voz dentro del aparato!”. En el barullo de gente se acercó sir William Thomson (más conocido como Lord Kelvin) y pidió a Bell que recitara unos versos de Hamlet. Cuando lo oyó, Kelvin palideció y con entusiasmo gritó: “Es el descubrimiento más grande del siglo!”.

Al enterarse Meucci le dijo a su abogado que hiciera lo que tocaba con la Oficina de Patentes pero nunca lo hizo. Un amigo logró contactar con la Oficina de Patentes de Washington y le dijeron que todos los papeles se habían perdido.

Investigaciones posteriores demostraron connivencia entre los empleados de patentes y la compañía Bell. Pero no acababa aquí la cosa. Más tarde hubo un juicio entre la Western Telegraph y Bell por la patente y salió a relucir que había un acuerdo entre las dos partes para repartirse los beneficios de la comercialización del “telégrafo parlante”. La sociedad Bell tenía que pagar el 20% de los beneficios a la Western durante 17 años. La pregunta es por qué.

En 1886 hubo un juicio de Meucci contra Bell. Los abogados de la empresa trataron de callar por todos los medios a Meucci, pero éste logró exponer todos los datos y demostró la veracidad de sus afirmaciones. El Secretario de Estado mostró públicamente que había pruebas suficientes para atribuir la prioridad a Meucci así que la Suprema Corte Federal de EEUU dio su veredicto inapelable: “El italiano Antonio Meucci es reconocido como el primer inventor del teléfono y Bell es sólo un impostor”, pero los derechos de Meucci “habían prescrito en 1873, tres años antes de la patente obtenida por Bell”. Ni Meucci tuvo derecho a nada y a Bell no le sancionaron.

Vaya justicia que dice mucho pero que no hace nada.

Meucci dedicó sus últimos años a intentar obtener el reconocimiento de sus derechos. ¿Cómo enfrentarse un hombre anciano, solo y desconocido contra una sociedad multimillonaria? En 1884 los jueces archivaron el caso. En 1885 dos estadounidenses reclamaron también haber descubierto antes el teléfono. El caso Bell se convirtió en una cuestión de estado. El presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland (el primer presidente elegido democráticamente después de la Guerra Civil), pidió personalmente que se suspendiera la acción penal contra Bell. Otro inventor, nada menos que Thomas Alva Edison, envió una carta posicionándose a favor de Meucci pero los abogados de la rica compañía Bell (hoy AT&T) lograron retrasar año tras año el juicio hasta que el 18 de octubre de 1896 Meucci murió y el caso fue sobreseído.

En 1923, la Orden de los “Hijos de Italia en EEUU” inauguró un monumento a la memoria de Antonio Meucci como “inventor del teléfono”. En 1950 pusieron a Bell en el “Hall of Fame” de los grandes hombres americanos.

El 11 de junio de 2002 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución nº 269 reconociendo que fue Antonio Meucci el inventor original del aparato. Se reconoció que el teletrófono de Meucci (como así lo había bautizado) se mostró públicamente en Nueva York en 1860, 16 años antes de que Bell lo patentara. El veredicto estadounidense también afirma que “la vida y logros de Antonio Meucci deben ser reconocidos, así como su trabajo en la invención del teléfono”.

La historia es realmente triste. Aunque Bell tenga otros inventos como la balanza de inducción, un prototipo de pulmón de acero para la respiración artificial, el fotófono, el radiófono y el grafófono y haya sido un apasionado de la velocidad con lanchas hidroplano, ya que en 1919 estableció una marca de velocidad de 116 km/h cuando contaba con 72 años de edad, lo que hizo con Meucci no tiene perdón.

Dejo en el aire unas reflexiones. Ahora que se ha demostrado que era un impostor ¿le quitarán los americanos del Hall of Fame o lo dejarán? ¿Cómo explicar a nuevas generaciones de inventores que den ideas, que digan lo que piensan, que inventen cosas para hacernos la vida más cómoda y convencerles que nunca les pasará lo que a Antonio Meucci?

La fortuna bien puede favorecer a la mente preparada y conceder la posibilidad de hacer un gran descubrimiento, pero no siempre está dispuesta a otorgar a dicha persona el crédito que se merece por haberlo conseguido.

Fuentes:
“La Maldición de ser un genio”, Ermanno Gallo
“El libro de los hechos insólitos”, Gregorio Doval
” Eureka!”, Leslie Alan Horvitz
http://enciclopedia.us.es/index.php/Antonio_Meucci
http://icarito.aconcagua1.copesa.cl/especiales/medios/telefono.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/meucci.htm
http://www.whitehouse.gov/history/presidents/gc2224.html



Hay 25 comentarios a 'El inventor del teléfono'

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  1. #1.- Enviado por: Prometeo

    El día 11 de mayo de 2006 a las 05:34

    No tenía ni idea e incluso en la universidad dan por hecho que el inventor fué Bell.
    Que ganas me han entrado de hablar con algún que otro profesor.
    Felicidades y gracias por el post.

  2. #2.- Enviado por: AntonioT

    El día 11 de mayo de 2006 a las 08:57

    La primera pregunta tiene fácil respuesta. Se trata del Hall of Fame, como dice su nombre es “de la Fama” y Bell fue famoso, muy famoso, así que continuará allí y por méritos propios pero eso no quiere decir que fuese buena persona. También podría estar allí Jack el Destripador por haber sido famoso.

    La segunda es más complicada de responder, pero me parece que la pregunta que habría que hacerse no es esa, sino que habría que preguntarse ¿qué se puede hacer para que cosas como ésta no vuelvan a ocurrir jamás? y ¿estamos dispuestos a hacerlo?

  3. #3.- Enviado por: Ambros

    El día 11 de mayo de 2006 a las 09:26

    Es injusto, triste y me temo que muy difícil de evitar. Empezando por los inventos y terminando por los plagios literarios o artísticos. Lo único que podemos hacer es difundir la información.
    Excelente articulo, nunca había oído hablar de Meucci y eso que a mi la historia de la tecnología siempre me ha interesado mucho. Felicidades

  4. #4.- Enviado por: omalaled

    El día 11 de mayo de 2006 a las 11:31

    Aunque me entristezca la historia de Meucci me alegra haberla sacado a la luz. Creo que lo importante y lo mejor que podems hacer es difundirla.

    Ya se sabe aquel dicho: quien no conoce la historia está condenado a repetirla.

    Hay más tristes historias que vendrán en futuras entregas.

    Salud!

  5. #5.- Enviado por: Bassa

    El día 11 de mayo de 2006 a las 12:04

    Antonio Meucci………., recordaré su nombre y las injusticias que tuvo que sufrir a lo largo de su vida cada vez que use el teléfono.

  6. #6.- Enviado por: Emilius

    El día 11 de mayo de 2006 a las 12:31

    Me ha encantado esta historia.
    Que casualidad, justo ayer en Los Soprano hablaron de ello, como Meucci era italiano el protagonista se indignaba…

  7. #7.- Enviado por: gamberro

    El día 11 de mayo de 2006 a las 13:09

    Cometario para cinefilos. En el padrino 3 se hace referencia a Meucci, es el nombre del premio que dan a Michael Corleone, y explican esto mismo, que fue el invertor del teléfono.

  8. #8.- Enviado por: elcolorpurpura

    El día 12 de mayo de 2006 a las 11:02

    Todos conocemos historias similares a esta que nos pasan a diario: A alguien se le ocurre algo y otro lo explota social o económicamente.

    Un inventor que sólo invente no sirve para nada a la sociedad.
    Un capitalista que sólo atesore dinero tampoco.
    Un vendedor que venda aire (vease “el timo de los sellos”) al final se desinfla.

    ¿Esto es un problema?
    Solución:

    a) Si alguien tiene los tres ingredientes: Bill Gates
    b) Si no, júntalos y reparte por igual fama y beneficio: Bancos, multinacionales …
    y c) Dónalo a la sociedad.

    Nota: no he encontrado muchos casos de la opción “c”. He oído que le llaman Generosidad, Solidaridad. En realidad sí que hay algún caso, pero no tienen Fama.

  9. #9.- Enviado por: omalaled

    El día 12 de mayo de 2006 a las 11:23

    Gracias, Bassa, Emilius y gamberro por vuestros comentarios.

    elcolorpurpura: el problema de Meucci es que no era un inventor que sólo inventaba. Intentó patentarlo, pero no tenía dinero para la burocracia, hizo demostraciones, tenía el invento instalado en su casa y funcionando. En suma, que le robaron el invento del siglo. Es como si a Bill Gates le hubieran robado su Windows.

    Por otro lado, que no encuentres casos de c es porque no tienen repercusión social o mediática. Voy a citarte 3 ejemplos:

    1.- Roetgen no patentó su descubrimiento de los Rayos X por beneficiar a la humanidad.

    2.- Marie Curie tampoco patentó nada de sus descubrimientos por la misma razón. Encima, le quisieron cobrar impuesto de sucesiones de 1 gramo de radio cuando murió su marido, aunque ya lo explicaré en otro artículo.

    3.- Joseph Henry no patentó nada de lo que inventó y/o descubrió.

    Lo que fastidia más es que otros que descubrieron cosas que se basan en cualquiera de estos descubrimientos sí los patentaron.

    El problema de donar a la sociedad es cuando alguien se enriquece con la donación.

    Aunque, por supuesto, es sólo una opinión.

    Salud!

  10. #10.- Enviado por: YoBorg

    El día 12 de mayo de 2006 a las 11:34

    C) tampoco es valido.
    Vease:
    Vacuna contra la malaria ¿Se sabe algo del doctor Patarroyo?
    La DESALADORA con el sistema inventado por el escritor Alberto V. Figueroa

    y sigue…

  11. #11.- Enviado por: elcolorpurpura

    El día 12 de mayo de 2006 a las 14:14

    Perdón, soy mala escritora y peor comunicadora. Estoy completamente de acuerdo con vosotros. Sólo transcribía de memoria las leyes éticas “no escritas” en las que se basa nuestra sociedad y con las que NO estoy de acuerdo. Esas no son mis soluciones, son las soluciones que la economía de mercado nos ofrece.

    Si yo fuera inventora y/o capitalista mi solución sería otra.

    Es más si yo tuviera un remedio paliativo, o curativo o vacuna o cualquier otra cosa que impidiera que las personas mueran en Africa lenta y cruelmente (¿cuántos millones van ya?) de por ejemplo SIDA, nada me detendría.

    No es porque sea buena persona, es porque no tengo precio.

    Fijaos que nos lamentamos, en el caso A. Meucci, de que muriera pobre y sin fama, quizás nuestro sub/inconsciente nos traiciona …

  12. #12.- Enviado por: omalaled

    El día 12 de mayo de 2006 a las 14:52

    No hay que pedir perdón por nada. Ya me gusta que hayas escrito “normas no escritas” :D

    En todo caso, lo que hemos puesto de manifiesto es que el donar una cosa a la sociedad debe tener como contrapartida, al menos, el reconicimiento de la donación. No hablo de reconocimiento económico. En las lecciones de historia debería decirse bien claro que nunca la persona la utilizó en su beneficio en favor de los demás y que son ejemplos a seguir.

    Hoy día, mucha gente es capaz de llamar “tonto” a quien hace cosas como el doctor Patarroyo.

    YoBorg me ha dejado parado con lo de este hombre. No tenía ni idea, cosa que me avergüenza y que solucionaré en breve.

    Muchas gracias, elcolorpurpura, por tus comentarios.

    Salud!

  13. #13.- Enviado por: Angel

    El día 12 de mayo de 2006 a las 20:34

    Hola, que tal, soy de Puebla, Mexico y me encanta el blog, esta muy bien redactado y pone por delante lo que debe ser: honor a quien honor merece en el caso de los cientificos a veces mal valorados.

    Pero hay algo, no entiendo catalan, que creo que asi se llama, escriban en español, o al menos escriban una pagina para aprender catalan.

    Gracias

  14. #14.- Enviado por: omalaled

    El día 12 de mayo de 2006 a las 23:43

    Hola, Angel. Gracias por tu interés.

    Sí, es catalán. En la derecha del blog tienes un traductor, aunque te pongo el enlace directamente aquí mismo: es este.

    Es el traductor del insitituto Cervantes. Tiene traducción del español al francés, inglés, portugués y catalán. Y la verdad es que lo hace muy bien.

    Salud!

  15. #15.- Enviado por: pepi

    El día 13 de mayo de 2006 a las 07:06

    Estic impressionada, vaja un canalla aquest Bell

  16. #16.- Enviado por: Consumidor irritado

    El día 15 de mayo de 2006 a las 07:33

    Una historia muy triste.

  17. #17.- Enviado por: omalaled

    El día 15 de mayo de 2006 a las 10:33

    Totalment d’acord, pepi. Un canalla.

    Y sí, consumidor. Muy triste. Haces el invento del siglo y mira lo que pasa.

    Salud!

  18. #18.- Enviado por: caic

    El día 16 de mayo de 2006 a las 17:12

    Me has dejado de piedra. No conocia a Meucci. Lo primero que he hecho es ir corriendo a la Wikipedia y, para mi asombro, que esta historia está recogida tanto en la página de Bell como en la del teléfono. ¡¡Y por supuesto existe una entrada de Meucci!!

    Saludos.

  19. #19.- Enviado por: omalaled

    El día 16 de mayo de 2006 a las 17:23

    Espero que pronto se cambien los libros de historia y que en las series de divulgación se advierta este detalle.

    Es lo mínimo que se le debe.

    Salud!

  20. #20.- Enviado por: Ferre

    El día 17 de mayo de 2006 a las 12:49

    También me acuerdo yo de la referencia que hacían de Meucci en El Padrino, y recuerdo que pensé que sería la típica apropiación chauvinista de ideas (en ese caso, por parte de la comunidad italoamericana). Compruebo hoy que yo estaba completamente equivocado y descubro un historia trágica y un hombre que debería tener el reconocimiento que merece.

    Saludos a todos.

  21. #21.- Enviado por: Alf

    El día 18 de mayo de 2006 a las 15:16

    Se ha mencionado a Bill Gates como ejemplo de “inventor-capitalista-vendedor”, y se ha llegado a comentar “Es como si a Bill Gates le hubieran robado su Windows.“.

    La verdad es que Bill Gates no inventó los entornos de ventanas (ni muchas otras cosas). El Windows (primera versión de 1985) es una copia del Mac OS de Apple (primera versión de 1984). Éste a su vez estába basado en los novedosos conceptos del Xerox Alto (1973). Hace tiempo que publiqué un artículo sobre los supuestos “inventos” de Microsoft en MalaCiencia.

  22. #22.- Enviado por: omalaled

    El día 18 de mayo de 2006 a las 15:19

    Gracias, Alf por la puntualización. Sólo quería hacer notar que si se lo hubieran quitado el producto desarrollado por él, sacara de donde lo sacara, su vida hubiera sido otra.

    Por mi parte, yo soy de los clásicos y me quedo con la línea de comandos ;)

    Salud!

  23. #23.- Enviado por: alfonso

    El día 2 de junio de 2006 a las 14:17

    sólo decir que seguro que la entrada de la wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Meucci agradecería toda esta información, ya que lo que cuenta es muy ecaso respecto a todo lo que hay en esta entrada. ¿Permitirías que lo copiara tal cual? . De momento he puesto un enlace a tu blog por si alguien quiere ampliar la información.

    Un saludo, y gracias, ha sido muy interesante leerlo.

  24. #24.- Enviado por: omalaled

    El día 2 de junio de 2006 a las 15:07

    Por supuesto. Uno de los fines de este blog es la divulgación.

    Salud!

  25. #25.- Enviado por: ramon german meucci

    El día 15 de marzo de 2007 a las 03:26

    bueno esta historia nos la conto mi abuelo aladino meucci cuando yo era chico ya sabiamos quien habia sido antonio meucci gracias por el reconocimiento de este pionero de la comunicacion gracias german meucci argentina rosario 14 de marzo de 2007 cp 2000

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