¿Neurociencia en los juzgados?

Publicado el 22 de septiembre de 2012 en Breves por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 1 minuto y 29 segundos
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¿Debería ser reconsiderada la ley criminal en vista de los avances de la neurociencia? Este es uno de aquellos terrenos espinosos en los que cualquier opinión puede ser buena o mala, según se interprete. No obstante, es bueno plantearla y pensar en ella. Os dejo, en manos de Pere Estupinyà y su muy recomendable libro El ladrón de cerebros.

Piensa en el concepto de castigo. ¿Por qué castigamos a un delincuente? El planteamiento más utilitarista lo contempla como una medida para evitar que actúe de nuevo. Pero imagina que algún día podamos prever que alguien va a cometer un delito. ¿Deberíamos actuar como si la violencia fuera un asunto de salud pública, e intentar anticipar medidas preventivas antes de que la realice?

Pondré un ejemplo concreto: una de las señales más claras que pueden detectar los escáneres de resonancia magnética funcional son las alteraciones en los cerebros de los pederastas. Si pasas fotografías comprometidas, en un área de sus cerebros podrías distinguir con muy poco margen de error el diferente grado de deseo que experimentan.

¿Se debería entonces hacer una prueba a los que opten a ser profesores de educación infantil? ¿O empezar una terapia con los que manifiestan cierta susceptibilidad, a pesar de que nunca hayan realizado ningún acto ofensivo contra los niños?

(…)

Hay una situación en la que los expertos llevan tiempo solicitando un cambio de percepción social: la drogadicción. Estudiando el cerebro de adictos, los neurocientíficos han comprobado dos cosas: su deseo de consumir una determinada sustancia es extremadamente mayor de lo normal, pero además la parte de su corteza cerebral donde se toman decisiones presenta mucha menos actividad. Es decir, el adicto no sólo tiene más deseo, sino también menos autocontrol, y por tanto su responsabilidad es mucho menor. Una vez enganchado, no debe considerarse como una persona sin fuerza de voluntad y que toma decisiones equivocadas, sino como un enfermo que ha perdido su capacidad de decisión y necesita ayuda.

Fuente:
Pere Estupinyà, El ladrón de cerebros



Hay 4 comentarios a '¿Neurociencia en los juzgados?'

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  1. #1.- Enviado por: JiaLeWei

    El día 23 de septiembre de 2012 a las 03:02

    Creo que debemos considerar que si bien la bioquimica del cerebro y factores geneticos pueden derivar en comportamientos “peligrosos” o “potencialmente criminales”. Los criminalistas de hoy (basandome en mi pobre entendimiento de su labor) utilizando informacion de eventos pasados y determinan patrones a posteriori y no poseen las herramientas sofisticadas que acostumbramos a ver en la television. Si recordamos que los frenologos hace mas de cien años decian poder adelantar un patron de conducta a traves del estudio del craneo tambien podemos recordar que muchas de sus conlusiones fueron completamente “chapuceras” y racistas. La frenologia fue superada hace mucho tiempo y la neurociencia actual es, por si misma, una ciencia extensa e interdisciplinaria, podemos confiar en esta herramienta. Sin embargo, al igual que los frenologos que “podian” predecir un comportamiento violento en un afroamericano o un irlandes quienes vivian en un entorno violento o marginal, la neurociencia actual debe considerar el entorno de la persona con “anormalidades” bioquimicas en el cerebro. Es decir, el crimen o las tendencias violentas en el comportamiento humano proceden no solo de la bioquimica del cerebro, sino del entorno. En un estado democratico se supone que las leyes consideran al individuo como sano y moral, pese a las deficiencias en serotonina o la secrecion excesiva de testosterona, porque de otra forma deberia considerar a todos los individuos bajo su jurisdiccion como potenciales “criminales”. Y ya hemos visto que pasa en esos casos: la criminalidad se incrementa.

  2. #2.- Enviado por: Malonez

    El día 24 de septiembre de 2012 a las 08:15

    Se podría incluso ir más allá. Si pudiéramos cambiar el cerebro del pederasta o drogadicto, deberíamos?

  3. #3.- Enviado por: Gabriel

    El día 26 de septiembre de 2012 a las 20:51

    Estoy totalmente de acuerdo con JiaLeiWei, y además del entorno añadiría la educación recibida. Si a mi me hicieran una resonancia mientras veo fotos de mujeres atractivas se fundirian los circuitos, y si embargo no tengo ninguna pulsión violadora y tengo tantas amigas como amigos, o más.
    Actuar contra el individuo a priori es completamente reaccionario. Otra cosa es que a posteriori se apliquen terapias para curar esa enfermedad que lleva a cometer crimenes contra los demás (sean niños, mujeres, ancianos o ese vecino tan antipático del quinto).

  4. #4.- Enviado por: jorge

    El día 29 de septiembre de 2012 a las 10:41

    Pues yo disiento de JiaLeiWei y de Gabriel, no encuentro justificable que se actúe con posterioridad a un evento violento si existen medios muy sensibles de detección y prevención de comportamientos nocivos para la sociedad, como el asesinato o el abuso de menores.Recalco que las pruebas deberían ser sumamente precisas, para evitar los falsos positivos, pero si así fuera, no usarlas sería incorrecto, pues podríamos prevenir un delito y decidiríamos no hacerlo.

    Curiosamente, Arthur C. Clarke propuso un sistema parecido, y desarrollaba brevemente el conflicto social que representaba, en la novela “3001″ a través de un artilugio denominado “casco cerebral”.

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