Leeuwenhoeck y el microscopio

Publicado el 19 de mayo de 2005 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 3 minutos y 18 segundos
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¿Cuánto tiempo hace que no miras por un microscopio? La respuesta de la mayoría de los mortales sería desde que fuimos a la escuela. La historia de hoy quiere homenajear un invento que ha contribuido demasiadas veces a salvar nuestras vidas y a quien lo popularizó. Hablo del microscopio. En primer lugar, sabed que el poder de resolución del ojo humano es de 0,2 mm es decir que para ver dos objetos separados deben estar como mínimo a esa distancia. Esto nos limitaría la posibilidad de conocer el funcionamiento de lo muy pequeño.
 
El personaje central de esta historia es Antonie van Leeuwenhoeck, nacido en Delft (Holanda) el año 1632 no tuvo ninguna preparación científica y nunca llegó a aprender a escribir en latín, cosa que en la época era muy grave ya que no le permitía contacto científico. Al morir su padre a sus 16 años se puso a trabajar de dependiente en una pañería. Luego consiguió un puesto de ujier en el ayuntamiento de Delft y conservó ese trabajo hasta el final de su vida. Pero lo que hizo singular a este hombre fue un curioso hobby: el de pulir lentes diminutas.
 
Por aquella época los científicos trabajaban con lentes mediocres, pero él pulía lentes biconvexas de calidad excelente. A través de ellos podía observar objetos, que montaba sobre la cabeza de un alfiler, ampliándolos hasta 300 veces (potencia que excedía con mucho la de los primeros microscopios de lentes múltiples). Fijaba un objeto a la lente y lo observaba durante horas. Cuando quería observar otro objeto, pulía otra lente. Los dibujaba y describía con una precisión excelente.
 
No fue el primero en construir un microscopio ni en utilizarlo, pero sí fue el primero en demostrar lo que podía hacerse con él. En 1673 descubrió los glóbulos rojos de la sangre, primero en las ranas y más tarde en los humanos. Se dio cuenta que sin glóbulos rojos, el líquido era incoloro. Completó el conocimiento de la circulación capilar (descubierta por Marcello Malpighi) demostrando cómo circulaban los glóbulos rojos por los capilares de la oreja de un conejo y la membrana interdigital de la pata de una rana y describió espermatozoides de muchas especies. Observó la fecundación en peces y ranas y descubrió la musculatura estriada. Observó en el agua de un estanque, el agua de lluvia y la saliva humana, lo que él llamaría animálculos, conocidos en la actualidad como protozoos y bacterias. Más tarde en 1677 describió los espermatozoos de los insectos y los seres humanos. En algunos de sus dibujos se identifican perfectamente esos microorganismos. De ahí que se le considere el padre de la microbiología.
 
Incluso, hizo cruces entre ratones blancos y grises, lo que se puede considerar como un antecedente a los experimentos de Mendel.
 
La sociedad oficial científica de la época era la Royal Society, fundada por Carlos II en 1660. Leeuwenhoeck escribió a dicha sociedad largas cartas describiendo detalladamente las lentes y todo lo que observaba. En la Royal Society probablemente no le dieron crédito hasta que en 1667 Robert Hooke, miembro de la misma y biólogo (entro otras muchas cosas), construyó microscopios siguiendo las instrucciones de Leeuwenhoeck y vio lo que le había dicho que vería. Le nombraron miembro en 1680. Un ujier sin apenas estudios fue el miembro extranjero más famoso de dicha sociedad. Llegó a visitarle la propia reina de Inglaterra y cuando Pedro el Grande, zar de Rusia, fue a Holanda para aprender construcción naval hizo un hueco en su agenda para ir a presentarle sus respetos.
 
Vaya con el hobby del ujier, ¿no?.
 
Hay una parte divertida en esta historia. Siempre que podía enseñaba a los demás las maravillas del mundo microscópico. En una carta enviada desde Barcelona a la Royal Society relata cómo convenció a una distinguida dama a la que había invitado a cenar para ver una gota de vinagre a través del microscopio. La mujer quedó horrorizada viendo tantos bichos moverse, afirmando que nunca más tomaría vinagre. Sin embargo, Leeuwenhoeck le advirtió que no se libraría tan fácilmente y dijo que bastaría raspar un poco de su dentadura para ver que los habitantes que la ocupaban. Al observarlos por el microscopio la mujer se desmayó y no le resultó fácil reanimarla.
 
Sabed también sin embargo, que los microscopios ópticos tienen un limite en su capacidad de aumentos que es de 0,2 micrómetros (un micrómetro es la milésima parte de un milímetro). Después llegaron los microscopios electrónicos, pero eso ya es otra historia.
 
Fuentes:
“Cartas a Nuria. Historia de la ciencia”, Ramón Parés.
“Momentos estelares de la ciencia”, Isaac Asimov
http://scientia.bitacoras.com/archivos/2005/06/28/cazadores_de_microbios_i



Hay 4 comentarios a 'Leeuwenhoeck y el microscopio'

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  1. #1.- Enviado por: Voltaire-

    El día 20 de mayo de 2005 a las 19:33

    No és que no et llegeixi, és que no em deixes res per dir XD
    Per cert, el límit de percepció visual és el paràmetre que es fa servir a l’hora de triar la escala de representació quan es fa un plànol ja que detalls que quedin a menys de 0,2mm de tamany no es veuran.

  2. #2.- Enviado por: omalaled

    El día 21 de mayo de 2005 a las 00:07

    Gràcies una altra vegada. Si em dius que no et deixo res adir és per mí un bon senyal, ja que interpreto que no m’he deixat res d’important.

    Salut!!

  3. #3.- Enviado por: .Marfil.

    El día 23 de mayo de 2006 a las 05:39

    Genial historia, creo que tal vez en magnitud, lo único comparable al júbilo que produce vivir en una época con la cantidad de conocimiento de tantos siglos predecesores, es la familiaridad y casi cotidianidad con lo que lo tomamos. Lo que más me ha gustado es la anécdota de la “distinguida dama”, que me ha hecho pensar: que cierto es eso!. Tal vez aunque estemos demasiado familiarizados con los globulos de la sangre, o los bichos que pululan en nuestro cuerpo; es notorio que no nos paremos a pensar en todo ello, pues si lo hiciéramos de verdad nos desmayaríamos como la dama.

  4. #4.- Enviado por: .Marfil.

    El día 23 de mayo de 2006 a las 05:44

    Por cierto, Omalaled, te han colado algo de spam en el mensaje de Lopi; de incauto abrí los 5 links, y cual fue mi sorpresa y alegría de al menos saber que no tardaría rastreando links en esas páginas durante el resto de la noche, cosa que suele pasarme cada que visito las páginas de los comentaristas, que suelen ser muy interesantes.

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