[Libro] Las grandes plagas modernas

Publicado el 5 de noviembre de 2010 en Libros por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 11 minutos y 14 segundos
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Ya es el segundo libro que leo del autor, Salvador Macip, quien ha estado investigando durante 9 años el cáncer, los radicales de oxígeno y el envejecimiento celular en el hospital Monte Sinai de Nueva York. Desde 2008 sigue investigando en el Laboratorio de Mecanismos de Muerte Celular en la Universidad de Leicester (Reino Unido). Ha publicado tres libros para niños, dos novelas y dos libros de divulgación (incluido el que comentaré hoy). Por si fuera poco, escribe un blog que pasa, a partir de hoy, a estar entre mis recomendados y gracias al cual me he enterado que, por segunda vez en la historia, el hombre ha podido erradicar un virus de la faz de la Tierra. Y todo esto teniendo dos años menos que un servidor. En fin, dejo de patalear para comentaros el libro.

A veces pensamos que somos invulnerables y que hemos ganado la competición a los microorganismos. Nada más lejos de la realidad. Estamos inmersos en una batalla constante contra ellos, y si se dieran las condiciones adecuadas, acabarían con nosotros en cuestión de meses. Por un lado, gracias a ellos existimos y gracias a ellos tenemos queso, vinagre y yogures. Por otro lado, mueren por su causa unos catorce millones de personas al año.

Los microorganismos fueron los primeros en aparecer por la Tierra, los qué más fácilmente se adaptan al entorno y, seguramente, serán los últimos en marchar. Incluso se han encontrado algunos de ellos capaces de sobrevivir en el espacio exterior. El Herminiimonas glaciei, descubierto en 2009, ha sido capaz de sobrevivir durante 120.000 años bajo una capa de 3 kilómetros de hielo y prácticamente sin oxígeno ni nutrientes.

Nuestro cuerpo está habitado por más de 400 especies diferentes. Si los juntáramos todos harían un peso de un kilogramo. Un dato como este hace replantearse qué es el ser humano, pues visto así somos un ecosistema ambulante donde conviven pacíficamente un montón de microorganismos.

Hablamos de brote cuando es una infección localizada de un grupo relativamente pequeño de personas, epidemia cuando el número de personas infectadas es superior a lo normal y pandemia cuando dicha infección se ha extendido por el continente o por el planeta. Si una enfermedad infecciosa es propia de un lugar donde se mantiene de forma estable, decimos que es endémica, como la malaria.

Los virus son muy caros de estudiar dadas sus medidas. Son tan pequeños que no basta con microscopios tradicionales, sino que hacen falta microscopios electrónicos, caros y modernos. No obstante, hay que poner las cosas en su debida perspectiva: el presupuesto de un laboratorio de investigación es inferior al salario de muchos futbolistas.

Habla de cómo actúan los gobiernos ante casos de pandemias y cómo lo hacen cuando la gente es engañada por sus gobiernos (en palabras del presidente Woodrow Wilson: “el miedo mata más gente que la enfermedad”). Al principio de la epidemia SARS de 2003 el gobierno chino encubrió el brote, lo que provocó pánico en en los ciudadanos por la falta de información y la sensación de desconfianza. Todo ello puede contribuir a aumentar los contagios, como en el año 1918, cuando el gobierno de EEUU decían que no había peligro alguno en el brote de gripe que hubo. Y no es eso lo que se podía ver: en realidad, algunos morían al cabo de 24 horas sangrando por los ojos y por las orejas.

Al final, la gente dejó de ir a trabajar, fallaron los transportes, la distribución de comida, comida, asistencia médica y comunicaciones. En San Francisco rompieron el silencio para que la ciudad no llegara al colapso total. En España pasó algo similar. Hasta pasados cinco meses no se reconoció que se tenía una epidemia. Demasiado tarde. Los muertos se enterraban en fosas comunes por miedo a los contagios y muchas veces lo tenía que hacer el ejército porque los ciudadanos no se atrevían. A los pueblos se les prohibía que las campanas repicasen a los muertos para no desmoralizar a la población. El gobierno no tenía muy claro qué hacer, como demuestra el hecho que se retrasó el inicio del curso escolar, pero por otro lado no se prohibieron los espectáculos públicos.

Habla de los costes económicos de una epidemia. El brote de peste de 1994 en la India provocó un éxodo masivo de medio millón de personas, con el cierre de fábricas y la lógica reducción del turismo en la zona. Se estima que todo costó unos dos mil millones de dólares. La epidemia en Perú de 1991 no sólo paralizó el turismo, sino también la industria pesquera, con la supresión de la exportación de pescado. Unas pérdidas de unos 775 millones de dólares. La epidemia de SARS de 2003 costó 140.000 millones de dólares en Asia, sobre todo por una bajada del turismo. Y no hace falta que sea una epidemia humana. El Reino Unido perdió cerca de 6.000 millones de dólares por la epidemia de las vacas locas. Un estudio de 1995 demostraba que en los países donde la malaria es endémica tienen unos ingresos un 33% inferiores a los que no tienen la enfermedad como tal.

Habla del problema de la resistencia de los antibióticos, de lo caro que es desarrollar los nuevos y nos recuerda que hay muchas bacterias que están desarrollando resistencia a los actuales. En GSK, por ejemplo, invirtieron 70 millones de dólares a lo largo de 7 años en estudios genéticos de diferentes bacterias, buscando genes que pudieran ser diana de nuevos fármacos. Después de todo el esfuerzo, sólo se encontraron 5 posibles candidatos.

Explica que los antivirales que son aquellos fármacos que permiten frenar los virus pero no matan el microorganismo, sino que sólo frenan su crecimiento.

También habla de las guerras biológicas, pero que no son algo actual. Ya los romanos lanzaban excrementos a sus enemigos con la esperanza de que cogieran alguna enfermedad. El ejército mongol, afectado por una epidemia mientras sitiaba la ciudad de Caffa, catapultó sus muertos hacia dentro de las murallas. En la Edad Media se utilizaban cadáveres de animales o personas para contaminar las aguas y propagar la peste. Los americanos daban a los indios mantas de enfermos de viruela durante la conquista del Oeste. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés planificó la manera de generar cada año 5000 millones de pulgas infectadas con la peste para liberar sobre los aliados.

Habla de los sistemas de seguridad de los laboratorios. En junio de 2009 se hizo público que el USAMRIID había “encontrado” 9300 viales de microorganismos tóxicos no identificados, lo que representaba un 13% de todas las muestras que se guardaban en el laboratorio. En teoría, cada bacteria y gota de sangre deberían estar controladas y etiquetadas. Pues bien, de aquellas muestras, algunas contenían suero de soldados que habían padecido fiebres hemorrágicas durante la guerra de Corea, otras contenían ébola, peste, ántrax y botulismo. Se cree que fue porque unos investigadores se habían marchado del laboratorio y se habían olvidado destruir las muestras.

Y los científicos también pueden ser contaminados como una investigadora alemana con el ébola. Una aguja le tocó la piel. Fue aislada inmediatamente y se le administró una vacuna experimental que nunca se había probado en humanos, pero sí en monos. No cogió la enfermedad, aunque tampoco se sabe si la enfermedad había llegado realmente a ella, pues no se sabe si la aguja le llegó a la sangre.

También habla del bioterrorismo. Justo después del 11S de 2001 llegaron un total de 7 cartas con esporas de ántrax a diferentes destinos del país. 22 personas fueron infectadas y 5 de ellas murieron. Iban dirigidas a oficinas de los medios de comunicación nacionales, como las cadenas NBC y CBS o el diario New York Post. Quienes lo recibieron dijeron que tenían un polvo marronoso. Las notas que acompañaban a dichas cartas decían “muerte a América”, “muerte a Israel” y “Alá es grande”. El FBI, presionado por la Casa Blanca, anunció que era una nueva campaña de ataques de Al-Qaeda. La situación fue de pánico generalizado. Todo el mundo pensaba que a la siguiente carta que abrieran tendrían el polvo asesino. Los funcionarios de correos tenían miedo de manipular los miles de sobres y paquetes que manipulan cada día. Mucha gente no quiso ni siquiera vacunarse por miedo a que los utilizasen como conejillos de Indias por el gobierno. La falta de información y las opiniones contradictorias, evidentemente, no ayudaron mucho. Finalmente, 10.000 carteros recibieron un tratamiento de 2 meses de antibióticos.

Habla de la facilidad de propagación de las infecciones. Se sabe que un chino infectado de SARS pasó la noche en l’Hotel Metropole de Hong Kong en 2003. Allí entró en contacto con otros viajeros, que propagaron el virus a sus países de origen, como Vietnam, Canadá, EEUU e Irlanda. Cuando estos contagiados ingresaron en los hospitales siguieron contagiando más personas, por ejemplo, uno de los afectados infectó 116 personas del centro sanitario del mismo Hong Kong y otro infectado, contaminó a 22 personas más en un avión. Era un alemán que ni siquiera había estado en el Hotel Metropole que se había infectado en un hospital en Singapur y poco después llevaba la enfermedad a su país.

Nos da un repaso de unas cuantas enfermedades infecciosas, como la fiebre aftosa, la meningitis, el cólera, el virus del Nilo Occidental, el ébola, etc. Hay momentos en los que uno se siente mal cuando lee el libro, como cuando se entera de que existe una vacuna contra el cólera, lamada dukoral y que es muy efectiva y barata: entre 5 y 9 euros. Deben administrarse dos dosis con una semana de separación y se administran por vía oral. El único problema es mantenerlas frías.

Habla también de las enfermedades olvidadas. Son aquellas que en Occidente no se tiene ni siquiera conciencia de que existen, como la enfermedad de Chagas o el dengue. Una prueba de ello es que el 80% de los 2.700 millones de dólares invertidos para investigar nuevas curas fueron a parar al SIDA, la tuberculosis y la malaria. El 20% restante se repartieron entre las desconocidas. Entre 1975 y 2004, de un total de 1.556 fármacos aprobados, sólo 21 eran para esas enfermedades. Y deberíamos prestarles atención. En Barcelona se han incrementado últimamente las personas infectadas, sobre todo de personas de países donde es originaria, como Bolivia. Siguen un estricto control médico para detectar si pasan a la fase sintomática. Por no hablar del peligro del calentamiento global, que puede hacer que determinados mosquitos que transmiten enfermedades se acomoden a otras zonas cuyo clima les sea ahora más favorable. El día que eso suceda, me encantaría ver qué razones dicen para sostener que no existe el cambio climático.

Un detalle que me ha sorprendido es que para fabricar las vacunas de la gripe deben inyectarse en huevos de gallina para conseguir una gran cantidad de virus. Cuando las necesidades de esas vacunas son grandes, automáticamente, las necesidades de disponer de huevos de gallina crecen mucho. Millones y millones de huevos que se han de encargar a granjas especializadas con meses de antelación. Como en aquel momento haya una gripe aviar u otra enfermedad que afecte a las gallinas ya tenemos un problema… de huevos. Incluso una empresa de EEUU estaba a punto de desarrollar alguna técnica para fabricar vacunas sin necesidad de huevos, pero todo está parado por una demanda. Queda claro que el progreso de la ciencia y de la salud quedan en segundo plano cuando se trata de hacer negocios.

Otra de las preguntas que plantea en esos apartados es quién debe recibir primero una vacuna en caso de emergencia y que no haya para todo el mundo. En un principio, todos estamos de acuerdo en que las personas de riesgo, como niños, mujeres embarazadas y gente mayor. Pero también hay otros grupos como bomberos, conductores de camiones de transporte, maestros y personal sanitario (para mantener la infraestructura de servicios) y niños y jóvenes en edad escolar (para frenar el número de contagios). Pero cada país tiene sus propios planes.

Un estudio publicado en Science en 2009 afirmaba que la mejor estrategia era vacunar a todos los niños en edad y escolar y a sus padres, pues las escuelas son el punto principal de transmisión de infecciones. Todo ello se basa en previsiones teóricas con sus modelos matemáticos detrás, siempre sujeto todo a diferentes interpretaciones.

La gripe, por ejemplo, se trató de diferentes formas por los diferentes gobiernos. En Argentina, por ejemplo, algunos acusaron al gobierno de ocultar información durante los días precedentes, lo que habría facilitado la propagación de la gripe. Después se supo que un comité de expertos había pedido que se declarase el estado de emergencia y se suspendieran las elecciones para evitar las aglomeraciones, pero el gobierno se negó. Los expertos dijeron que, aun sabiéndolo, el gobierno no hizo absolutamente nada para prepararse y que habían estado ocultando datos a propósito, por ejemplo, excluyendo enfermos que iban a clínicas privadas del total de cómputos de enfermos, etc. En Chile, sin embargo, a principios de julio ya habían suspendido toda actividad multitudinaria. Da la casualidad de que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, estudió epidemiología y sabía de la importancia de actuar a tiempo.

Respecto al comprar vacunas y que las farmacéuticas se enriquezcan por ello, el autor dice que estas empresas tienen un papel tan inevitable como esencial, y que aunque muchos ciudadanos han criticado mucho los movimientos del gobierno, él prefiere estar a punto para el peor de los casos que no pecar de falta de prudencia y que nos coja una crisis sanitaria para la cual no estamos preparados.

En noviembre de 2008, Google anunciaba que estudiando la frecuencia de las palabras de entrada en su servidor podían determinar el principio de una epidemia de gripe. Cuando la gente empieza a mostrar síntomas que relaciona con la gripe, una de las primeras cosas que hace es buscar información en Internet. Y Google encontró que el incremento de la búsqueda de palabras como “gripe” durante los cinco últimos años cuadraba perfectamente con los datos médicos sobre su incidencia en EEUU. Los expertos de la OMS ya estudian esta vía de investigación.

La facilidad de poder viajar de un punto a otro del planeta en pocas horas hace que una epidemia localizada pueda convertirse pronto en problema mundial. Después de las caídas de las torres gemelas, en el 11S, se cancelaron todos los vuelos en los EEUU durante unos cuantos días. En aquella temporada, la gripe tardó más en transmitirse. Se cree que esto está directamente relacionado con el papel clave que tienen los aviones de propagar los virus.

El libro está escrito en un lenguaje muy llano, fácil de entender y está plagado de anécdotas, alguna de ellas impagable, como una de Billy Gates. La malaria se transmite mediante la picada de un mosquito, que transmite el plasmodium. En 2009, Billy Gates (cuya fundación es el donante privado que más dinero da para combatir la malaria) hizo una conferencia en California en un acto organizado por su fundación. Para ilustrar cómo era de terrible el impacto de la malaria, dejó ir un montón de mosquitos sobre la audiencia diciendo que el miedo era algo que no sólo los pobres debían experimentar. Más tarde dijo que aquellos mosquitos no eran portadores del plasmodium. Altamente recomendado para todos los públicos.

Portada del libro

Título: “Las grandes plagas modernas” (hay versión en catalán: “Les grans epidèmies modernes”)
Autor: Salvador Macip



Hay 14 comentarios a '[Libro] Las grandes plagas modernas'

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  1. #1.- Enviado por: Jorge A. B.

    El día 6 de noviembre de 2010 a las 07:02

    He aquí el video de la conferencia de Bill Gates a la que te refieres, donde habla de la malaria y libera unos mosquitos en el minuto 5:10.
    Sin embargo, no es un acto organizado por su fundación, sino ni más ni menos que una charla TED. (Tal vez haya hecho ese mismo chiste en otra ocasión, quién sabe).
    Muy buena entrada, como siempre, Omalaled. ¡Muchos saludos!

  2. #2.- Enviado por: Malonez

    El día 6 de noviembre de 2010 a las 11:13

    Gran entrada, como siempre.

  3. #3.- Enviado por: Ahskar

    El día 7 de noviembre de 2010 a las 23:51

    Otro libro a la lista de pendientes…
    Genial, muchas gracias por la entrada ^_^

  4. #4.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de noviembre de 2010 a las 23:55

    Muchas gracias.
    Jorge A.B.: gracias por el enlace. Por el momento, dejaré el artículo tal como está y buscaré a ver si esto, realmente, se ha hecho más de una vez, pues el autor advierte en el libro que lo dijo más tarde, y en la conferencia que pones tú lo dice justo después de haberlos soltado.
    Malonez: gracias, como siempre :-)

    Salud!

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 8 de noviembre de 2010 a las 00:03

    Ashkar: justo poner el comentario y veo el tuyo. Gracias.

    Que sepáis (tú y todos) que a partir de ahora pongo todos los libros leídos en flickr con una brevísima reseña de los mismos. Si alguien quiere algún comentario en mayor profundidad, que me lo haga saber.

    Salud!

  6. #6.- Enviado por: Ramiro

    El día 8 de noviembre de 2010 a las 10:46

    El dengue, puede que se ponga de moda. Recientemente ha muerto Andy Irons (32 años), campeón del mundo de surf. Las enfermedades raras ya no esta tan lejos, están a un vuelo barato de tu casa.

  7. #7.- Enviado por: Alejandro Lara

    El día 9 de noviembre de 2010 a las 15:34

    Que buen dato lo de Chile. Michelle Bachelet (a pesar que no soy partidario de ella) fue una buena presidenta, y lo que hizo para evitar una mayor propagación de la enfermedad fue muy sabio de su parte.

    Muchas gracias por la entrada. Una vez más… genial!

  8. #8.- Enviado por: Alfonso

    El día 10 de noviembre de 2010 a las 18:06

    Muy buen post. Muchas de las cosas que dice el libro ni las conocía. Sin embargo, creo que al hablar de “Occidente” deberías referirte a Europa y Estados Unidos solamente, porque la enfermedad de Chagas y el dengue son un problema muy serio y conocido en América Latina (que por lo menos yo lo incluyo dentro de la definición de “Occidente”).

  9. #9.- Enviado por: ElHombrePancho

    El día 10 de noviembre de 2010 a las 21:54

    “Por un lado, gracias a ellos existimos y gracias a ellos tenemos queso, vinagre i yogures”

    Cambia esa i por una ye (siguiendo las nuevas reglas de la RAE) que se te ha colado un catalanismo ;)

    Muy interesante reseña, gracias.

  10. #10.- Enviado por: omalaled

    El día 13 de noviembre de 2010 a las 00:55

    Ramiro: miedo me da todo eso… y sobre todo, teniendo en cuenta lo del mosquito tigre, que hay que recordar que transmite enfermedades…
    Alejandro Lara: muchas gracias. No conozco a esa mujer ni lo que hizo políticamente; no obstante, esto me confirma una vez más que los científicos en los gobiernos suelen tener un valor añadido que en una situación de estas pueden ser decisivos.
    Alfonso: por Occidente entiendo la parte de color azul del mapa de la wikipedia.

    ElHombrePancho: raras veces se me enganchan eos gazapos, pero este era difícil ya que leí el libro en catalán y traducía intermamente mientras redactaba la reseña en castellano.

    Salud!

  11. #11.- Enviado por: Alejandro Lara

    El día 15 de noviembre de 2010 a las 18:40

    Omalaled, toda la razón… Y acá en Chile el progreso científico es tan lento como un río de manjar… A destronar a estos incautos que poco y nada saben de ciencia!! Fundar un partido científico?? No es mala idea…

  12. #12.- Enviado por: paloma

    El día 15 de noviembre de 2010 a las 20:11

    Lo has explicado un poco bien,pero debes poner cosas mas interesantes,asi,todo el mundo lo ve

  13. #13.- Enviado por: omalaled

    El día 15 de noviembre de 2010 a las 22:45

    Alejandro Lara: ojo, no exageremos :-) Quiero que haya científicos en lugares que tengan directamente relación con la ciencia, como los ministerios de sanidad o de ciencia y tecnología, etc. Creo que en estos puestos una persona que haya investigado alguna vez o hecho alguna publicación tiene un valor añadido. No obstante, en otros ministerios no hace falta; por ejemplo el de economía entenderé mejor un economista que, pongamos, un químico.
    Donde sí podríamos ponernos a pensar es si un científico sería un buen presidente de gobierno (y recuerdo que hay científicos buenos y malos; pero la cuestión es en igualdad de condiciones).

    Salud!

    Salud!

  14. #14.- Enviado por: Alfonso

    El día 20 de noviembre de 2010 a las 04:55

    Omalaled: no fue un puesto de presidente, pero acá en Montevideo (capital de Uruguay) tenemos el ejemplo de un científico que llegó a ser intendente municipal (jefe de gobierno del departamento) en el período anterior, y no veo que haya habido ningún cambio significativo en lo positivo respecto a lo que era antes en la ciudad. Así que el hecho de que un presidente sea científico la verdad que no le veo mucha relevancia en ese puesto (siempre tomando como referencia este ejemplo que menciono).

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