Fritz Haber

Publicado el 2 de junio de 2010 en Historias de la ciencia por omalaled
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La Primera Guerra Mundial aunó ciencia y guerra como ningún otro conflicto lo había hecho antes. Ha habido quien ha pensado que cuando todo el mundo tuviera bombas atómicas, las guerras dejarían de existir. Y no ha sido así. Si una cosa hemos visto es que las armas no han impedido las guerras: no ha dejado de haberlas en el mundo después que se construyeran. Hoy os quiero hablar de un científico que estuvo más que involucrado en la guerra aportando todos sus conocimientos. Tenía sus justificaciones, por supuesto, pero es bueno conocerlas y ver las consecuencias posteriores. Hoy os quiero hablar de Fritz Haber.

Estudió química en la Universidad de Berlín y obtuvo un doctorado. Pronto se sintió atraído por la electroquímica y en 1909 inventó un electrodo de cristal del tipo que hoy se utiliza para medir la acidez de una solución. Es el método más común para medir lo que Søren Peter Lauritz Sørensen sugirió que se midiera con el logaritmo negativo de la concentración de iones hidronio: el pH.

También se interesó por los procesos químicos de las llamas como la del mechero Bunsen, ya que parte del su trabajo lo hizo con él. Y también empezó a estudiar también reacciones gaseosas a altas temperaturas.

A principios del siglo XX, ya se sabía que los compuestos nitrogenados eran esenciales para los fertilizantes y también para los explosivos. La mejor fuente a gran escala de dichos compuestos eran los depósitos de nitratos del desierto del norte de Chile. Pero ya podréis imaginar que esto es un problema. Si la atmósfera contiene cuatro quintas partes de nitrógeno, ¿no se podía tomar dicho nitrógeno de la misma para fabricar esos compuestos nitrogenados? Si alguien encontraba un modo hacerlo de forma barata y a gran escala se encontraría un abastecimiento inagotable.

Pues bien, poco antes de la Primera Guerra Mundial, Haber había descubierto un método para hacerlo. Su trabajo fue lo suficientemente importante como para que le dieran la dirección del Instituto Kaiser Wilhelm de fisicoquímica y electroquímica. Y, realmente, fue importante, porque cuando empezó la Primera Guerra Mundial, lo primero que hizo la marina británica fue cortar todas las importaciones de nitratos de Chile. Sin embargo, gracias al proceso de Haber y a la maquinaria del Kaiser no faltaron compuestos nitrogenados.

Haber, por otro lado, era un alemán enormemente patriota, que trabajó incansablemente durante la Primera Guerra Mundial en gases bélicos. La noche del 22 de abril de 1915 Alemania se lanzó el primer ataque de la historia con gas tóxico. Nada menos que 168 toneladas de cloro sobre las líneas francesas y canadienses en el frente occidental. Con ello se pretendía matar al enemigo o hacerlo salir de las trincheras. Haber defendió el uso del gas como un medio para acortar la guerra y así salvar vidas, incluso después argumentó que el empleo de gas era “una forma superior de matar”. Curiosamente (o no tanto) fue el mismo argumento que posteriormente utilizarían los norteamericanos para el uso de la bomba atómica. Pero sigamos. Todo el mundo condenó los ataques como nuevas violaciones por los bárbaros alemanes de las normas de una legislación civilizada.

Otto Hahn recibió la orden de incorporarse, junto a otros científicos, al equipo de Haber. Después de lanzar el gas sobre las trincheras rusas, Hahn conoció a algunos soldados que habían sido víctimas del ataque. Estaban tumbados o agachados “en una postura lastimosa”. La imagen lo dejó “profundamente avergonzado y perturbado”, pero a medida que avanzaba la guerra, él y sus colegas quedaron “tan insensibilizados que ya no teníamos ningún escrúpulo al respecto”.

La primera esposa de Haber, Clara Immerwahr, fue la primera mujer que obtuvo un doctorado en química por la Universidad de Breslau. Era enemiga acérrima del uso de la ciencia con fines bélicos. Se opuso una y otra vez a los ataques con gases tóxicos que su marido promovía y le suplicó una y otra vez que dejara de hacerlo. El 2 de mayo de 1915, sabiendo que su marido se había ido al frente ruso para dirigir un nuevo ataque químico, se suicidó de un disparo con la pistola de su propio marido.

Podéis tildar a Haber de lo que queráis, desde inmoral hasta unas cuantas cosas más, pero si lo hacéis, habréis de tener en cuenta que en este mundo la moral cambia según la conveniencia del más poderoso (sean tiempos de guerra o de paz): poco después de incorporarse Gran Bretaña, Francia y EEUU, que tanto habían condenado y llamado bárbaros a los alemanes, también los utilizaron. Cuando llegó el armisticio, la producción aliada de armas químicas era muy superior a la de Alemania. Al final del conflicto, unos 5.500 científicos de todos los bandos se habían dedicado a la fabricación de armas químicas y los ataques con gas habían producido un millón de víctimas. Entre ellas, estaba el soldado de primera clase Adolf Hitler, quien, cegado temporalmente por una granada de gas británica, continuaba en el hospital casi un mes después, el día en que Alemania se rindió. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos utilizó por primera vez NAPALM en el bombardeo de Tokio.

Al finalizar la guerra se pidió a Alemania que pagara una indemnización y Haber intentó ayudar tratando de aislar oro de las aguas del mar. No os sorprendáis por la idea. Aunque la proporción promedia de oro en el mar es de unos 0,05 gramos por cada 1.000 litros de agua, la cantidad total de agua que hay en todos los mares y océanos del mundo es enorme. Puede ascender hasta unos 10.000 millones de toneladas. El problema es que extraerlo es más caro que el precio que tiene (ojo, no confundir precio con valor). En este caso, Haber falló y nunca consiguió un proceso barato. También es cierto que Alemania nunca pagó esa indemnización.

Haber recibió el Premio Nobel de Química el año 1918.

En 1933 Hitler subió al poder. Después de todo lo que había hecho por Alemania, Haber debería haber sido condecorado y reconocido como el más alemán de los alemanes. Pues no fue así. Resulta que Haber era judío y fue obligado abandonar su puesto. Marchó a Inglaterra y poco después a Suiza, para estar más cerca de Alemania. Los nazis utilizaron otro de los inventos más famosos que también había hecho Haber: el gas Zyklon B, con el que  exterminaron a millones de judíos en las cámaras de gas.

La historia de Haber da mucho qué pensar sobre si los científicos que desarrollan las armas son tan culpables como los militares y políticos que las utilizan. Con la bomba atómica es un caso parecido. Puede que no todos los casos sean iguales. Una interesante opinión es la de Max Born, Premio Nobel de Física en 1954 quien, para más curiosidades, tuvo como mentor al fantástico David Hilbert y era abuelo de la actriz Olivia Newton-John.

Sin el descubrimiento de Haber la guerra hubiera sido perdida por Alemania al medio año de hostilidades. El pensamiento científico y la capacidad técnica para utilizarlo fueron, pues, un factor decisivo en el curso de la guerra. La segunda vez Haber contribuyó a dar movimiento a los congelados frentes de guerra; descubrió los gases militares, el empleo de gases venenosos (primero cloro, luego otros más peligrosos), para desalojar al enemigo de las trincheras. Este método fue muy eficaz al principio. Pero su supeditación al viento y a las condiciones atmosféricas, así como al descubrimiento de las mascarillas antigás, limitaron su eficacia; por otra parte, el enemigo supo pronto emplearlo en igual o mayor grado.

Muchos de mis colegas colaboraron en todo ello, incluso hombres de muy elevado convencimiento ético. Al igual que Haber, para ellos el primer imperativo era la defensa de la patria. Yo experimenté en aquellos momentos una crisis de conciencia. No se trataba de si las granadas de gases eran más inhumanas que las granadas explosivas, sino de si el veneno, que desde tiempos inmemoriales se consideraba como medio de cobarde asesinato, podía considerarse apto como medio de guerra, ya que sin una limitación de lo permitido pronto todo sería lícito. Pero solamente mucho más tarde, después de Hiroshima, empecé a tener las ideas claras a este respecto. De lo contrario, la responsabilidad del científico hubiera encontrado expresión en mi labor docente y quizá no me hubieran colaborado tantos de mis discípulos en la preparación de la bomba atómica.

Que en mis dudas no estaba solo, ya en los momentos de la Primera Guerra Mundial, pude advertirlo posteriormente cuando en 1933 llegué como refugiado a Inglaterra. Fui acogido entonces amistosamente; pero Haber que, a pesar de sus méritos tan mencionados también se vio obligado a emigrar, encontró ciertas resistencias. Lord Rutherford, el fundador de la física nuclear y uno de los mayores físicos de nuestro tiempo, se resistía a aceptar una invitación para venir a mi casa junto con Haber debido a que no quería dar la mano al descubridor de la guerra de gases.

Con todo ello, Rutherford había tenido una gran participación en la defensa de su país y no era en modo alguno un pacifista. Pero había trazado una frontera más allá de la cual un medio de destrucción no podía ya emplearse como arma militar. Yo creo que debió fundamentar su posición en el convencimiento de que sin una “frontera moral” para la utilización de las armas no podría existir ninguna frontera para la destrucción, lo cual daría lugar al peligro del fin de la vida civilizada en la Tierra.

Esta posición es correcta. La guerra de gases fue una derrota moral decisiva de la humanidad. Aunque no se empleó en la Segunda Guerra Mundial, y aunque la Convención de Ginebra la prohibió, todos los altos mandos militares crearon organizaciones para el estudio de la guerra con venenos y para el estudio de los medios de destrucción biológicos y químicos. Difícilmente se retrocedería ante su empleo si tales medios demostraran sus ventajas militares.

¿Estáis de acuerdo con la postura de Born? ¿Pensáis que la guerra de gases fue una derrota moral decisiva de la humanidad? ¿O esa derrota moral ya la habíamos tenido mucho antes? ¿Y Rutherford? Teniendo en cuenta que trabajó en la detección de submarinos mediante ondas sonoras (precursor, por tanto del sónar), ¿no sería tan culpable de participar en la guerra como Haber? ¿Dónde está la línea en lo que es moral utilizar en una guerra y lo que no es?

Fuentes:
“Pasiones, piojos, dioses… y matemáticas”, Antonio J. Durán
“Antes de Hiroshima”, Diana Preston
“La responsabilidad del científico”, Max Born
“Enciclopedia biográfica de Ciencia y Tecnología”, Isaac Asimov



Hay 35 comentarios a 'Fritz Haber'

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  1. #1.- Enviado por: Miguelaf

    El día 2 de junio de 2010 a las 15:08

    Me hace gracia la útlima pregunta: ¿lo que es moral utilizar en una guerra y lo que no lo es? Pues para mí, todo lo que haga más daño que una almohada es absolutamente inmoral.
    Y sí, la derrota moral a la que se aluden se dio hace ya muchos, muchos años. Concretamente el día en que el un Homo erectus volvió por primera vez su lanza hacia un congénere en lugar de hacia un mamut.
    Por cierto, magnífico blog.

  2. #2.- Enviado por: Fernando

    El día 2 de junio de 2010 a las 17:41

    El problema es que casi cualquier objeto, por cotidiano que sea, puede convertirse fácilmente en un arma… un bolígrafo puede ser un estilete muy eficaz o servir para salvar una vida.

    Como siempre es la acción, el uso, lo que puede ser bueno o malo, no el objeto en sí mismo.

    Gandhi siempre me ha parecido un personaje poco menos que sobrehumano por su forma de lucha. Lo normal en el reino animal, del que no nos podemos excluir, es defenderse. Gandhi llevo la no violencia al extremo de no defenderse, increíble.

    Es más, quizás no queramos utilizar la violencia para defendernos a nosotros mismos… pero nuestro instinto hará que queramos defender a toda costa a nuestra familia: ¿Qué no haríamos por nuestros hijos? Y aquí es donde hay que pensar dónde nos detendríamos, qué paso no daríamos o perderíamos la humanidad.

    Saludos

  3. #3.- Enviado por: polin

    El día 2 de junio de 2010 a las 17:42

    Mas alla de los descubrimientos cientificos son los ideales los que impulsan a usar ciertos métodos mas alla de sus concecuencias, en este caso Haber definitivamente fue una mente brillante pero impulsado por sus ideales patriotas utilizó sus descubrimientos de una forma equivocada, la línea de qué utilizar en una guerra es paradojica, mejor sería que no hayan guerras, simple.

  4. #4.- Enviado por: Maxi

    El día 2 de junio de 2010 a las 18:28

    Antes que nada, excelente articulo. Para compartir mi opinion, coincido plenamente con Miguelaf. La guerra es inmoral. Punto.

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 2 de junio de 2010 a las 19:16

    Muchas gracias por los comentarios. Por el momento, veo que todos coincidomos con Miguelaf. La propia guerra en sí ya es inmoral, antiética y todo lo que se nos ocurra.

    No obstante, dejadme hacer de abogado del diablo, pues no todo es tan evidente. Ya entre chimpancés hay peleas entre tribus y también existe entre ellos el canibalismo y el infanticidio.

    Que en nuestros genes llevamos la lucha (y la guerra) es algo que está más allá de toda duda. Somos animales sociales y tenemos jerarquías en nuestras sociedades. Los personajes como Ghandi que se ha citado anteriormente, son una excepción. Digna de admiración y respeto, pero desgraciadamente una excepción.

    Ahora la pregunta es si una pelea (que insisto, llevamos en nuestros genes), para ser justa, debería ser cuerpo a cuerpo o puede utilizarse cualquier herramienta (si es así, rápidamente generalizaré la pregunta a los gases tóxicos y la bomba atómica).

    Salud!

  6. #6.- Enviado por: Toro Sentado

    El día 2 de junio de 2010 a las 20:02

    En mi opinión creo que debe haber un límite aunque no tengo claro cuál es, pero creo que tiene que ver con el sufrimiento que produzcan y también con las víctimas de los efectos de esas armas.

    En el caso de las armas nucleares se perjudica a gente que no tiene culpa ni responsabilidad sobre el conflicto, y en el caso de los gases se muere de forma agónica.

    Así que estoy de acuerdo con Born en que el uso de gases fue una derrota de la humanidad al igual que las armas nucleares.

    En cuanto a la posición de Rutherford, la veo más ética. No es lo mismo colaborar en la invención del sónar que en esencia es un medio de detección, aunque también sea participar en la guerra.

    Tampoco veo lo mismo trabajar buscando defensas contra armas químicas o biológicas que trabajar para crear una de ellas.

    Por tanto no creo que el mal esté tanto en colaborar en la guerra como en desarrollar armas con efectos inhumanos.

    Un saludo.

  7. #7.- Enviado por: Malonez

    El día 2 de junio de 2010 a las 23:10

    Mi opinión es que es inmoral todo invento destinado por su autor exclusivamente a hacer daño. No podemos culpar a Einstein por la bomba atómica pues él no pensaba en ello cuando desarrolló su teoría. Parece que no se puede decir lo mismo de Habel. Pero una cosa es que me parezca inmoral y otra diferente en erigirme en autoridad moral pues quién sabe que hubiera/hubiéramos hecho en su situación.

  8. #8.- Enviado por: Lichi

    El día 3 de junio de 2010 a las 14:47

    Coincido con el #7, y no así con el #2. Casi todo se puede usar como arma, pero hay muchas cosas que se pueden utilizar (y se desarrollan) sólo como arma. El sonar trajo muchas otras aplicaciones, pero el tema de los gases venenosos se desarrolló para matar.

    Por otro lado, me llama la atención que Rutherford se sintiese tan parte de la guerra, dado que era de Nueva Zelanda, aunque supongo que muy cercano en los afectos a los ingleses…

  9. #9.- Enviado por: Nate

    El día 3 de junio de 2010 a las 17:51

    Una frase que oí una vez, no sé de quien es: ‘Los científicos dan a los humanos los medios para matarse entre ellos, no los motivos’

    No se trata de que la ciencia dé armas de muerte. La ciencia hace que la humanidad progrese, pero es un progreso global, en todos los aspectos, así que meintras la humanidad esté interesada en su mutua destrucción, encontrará maneras de matarse más sofisticadas y masivas.

  10. #10.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 3 de junio de 2010 a las 19:00

    En la línea de lo expresado por Naite, creo que lo verdaderamente inmoral es la generación del odio que hace que existan guerras o similares. Una persona que con su discurso lleve a otras a matarse entre ellas es más culpable que quien invente el arma con que se hayan matado.
    Puede que hace años que no estemos inmersos en guerras (al menos cerca de nuestras casas), pero sí creo que el sembrado de odio no ha descansado ni un sólo momento.

  11. #11.- Enviado por: Norma

    El día 4 de junio de 2010 a las 02:35

    Eso de que “la guerra” está en nuestros genes es indiscutible, como también están en nuestros genes un montón de otras cosas deplorables, pero los seres humanos tenemos la capacidad de razonar y de elegir, nosotros tenemos conciencia, y eso es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos, así es que invocar el tema de los genes me suena a pretexto, tanto sea para lo que trata este post como para el anterior.
    Por cierto, el blog es excelente. Lo sigo desde hace tiempo. Soy una fan.

  12. #12.- Enviado por: Rafa

    El día 4 de junio de 2010 a las 21:22

    omalaled, ¿Cuerpo a cuerpo o con armas? ¿Es más justo que gane el más fuerte o que gane el más inteligente o el más hábil, o el que más dinero tenga? El menos fuerte, menos listo, el más torpe o el más pobre estará en inferioridad de condiciones.
    Ninguna contienda es justa. Además ninguna de esas características que inclinarían la balanza suele estar relacionada con el origen del conflicto.
    Por eso existen las leyes, la división de poderes,…
    También estoy con Miguelaf, aunque conozco algún bruto que es capaz de hacer daño con una almohada :)
    Saludos

  13. #13.- Enviado por: Hejo

    El día 4 de junio de 2010 a las 22:20

    La historia de Fritz Haber es muy interesante y compleja. También se le puede considerar como el mayor benefactor de la humanidad, dado que la síntesis del amoníaco a partir del nitrógeno atmosférico, el proceso que él descubrió y desarrolló es la base de la fabricación de los fertilizantes, no sólo de los explosivos. Sin abonos nitrogenados, la humanidad habría quedado en un máximo de…¿3.000 millones? Aunque claro, su éxito también es causa de superpoblación y escasez de recursos naturales (que no de alimentos).
    Para una visión más completa del Haber y su tiempo recomiendo la lectura de “Los científicos de Hitler”, John Cornwell, ed. Paidós.
    Especialmente interesante los científicos que abogaron claramente por el régimen nazi y por una ciencia alemana, o sea, “práctica” y libre de judíos (no comparto sus ideas).

  14. #14.- Enviado por: José Luis

    El día 6 de junio de 2010 a las 18:40

    Los científicos deberían trabajar para la paz, de acuerdo que las armas las usarán los políticos y los militares pero los científicos no creo que sean tan ingenuos como para no darse cuenta de cuando son puestos a trabajar al servicio de la guerra. ¿No sabía Haber que sus gases iban a ser utilizados en el campo de batalla? El patriotismo y la ciencia son incongruentes entre sí. El patriotismo es algo irracional.

  15. #15.- Enviado por: paelams

    El día 7 de junio de 2010 a las 05:11

    Yo creo que la moral cambia de acuerdo a la época como en la situación en que se encontraban.No se como se sentiría en ese momento Fritz Haber para impulsar esta carrera armamentística, pero si me preguntan si su actitud en este momento es justificable pues simplemente diría que no.

    La ciencia debe servir para mejorar las condiciones de vida de las personas.No para utilizarla en las guerras para exterminarnos.

    Bonitos conceptos, pero la realidad es mucho mas complicada y como en nuestra posición actual no siempre se puede acceder a soluciones diplomáticas, no siempre las partes quedaran conformes(eso siempre existirá).

    Lo único que podríamos hacer es evitar mas guerras innecesarias o reducirlo al mínimo.

  16. #16.- Enviado por: Verence

    El día 7 de junio de 2010 a las 08:49

    Si yo fuera un científico, mi país se viera envuelto en una guerra, y todo lo que conozco (mi casa, mi trabajo, mis familiares, mis amigos, mi modo de vida, mis valores…) corriera peligro, trataría por todos los medios de utilizar mis conocimientos científicos para defenderlo.

    Si decidiera que la mejor defensa es un buen ataque, y que para conservar todo lo anteriormente citado tengo que ayudar a mi país a ganar la guerra, no tendría ningún escrúpulo en aportar todo mi conocimiento científico para conseguirlo.

    La moral es totalmente relativa. No estamos hablando de que Haber quisiera matar personas; estamos hablando de que Haber era un ciudadano de una de las partes envueltas en una guerra, y que como tal se exponía a perderlo todo. Una guerra se gana o se pierde, y es totalmente lógico que Haber quisiera ayudar a su bando a ganar por todos los medios. ¿Qué habríais hecho vosotros en su lugar?

  17. #17.- Enviado por: Alb

    El día 7 de junio de 2010 a las 12:47

    Sin el descubrimiento de Haber, la primera guerra mundial solo habría durado unos pocos meses… pero la paz en Europa no habría podido durado mas tiempo.

    En 1900 la agricultura europea apenas conseguía alimentar a los 400millones de europeos, que se peleaban constantemente entre si por cada palmo de tierra donde poder obtener mas comida.

    Si hoy somo 750millones de europeos, hay comida para todos, y vivimos en paz. Es gracias a los nitratos producidos por el metodo de Haber.

    Si el proceso Haber-Bosch, el mundo no podria mantener a mas de 2000 millones de personas.

  18. #18.- Enviado por: Moebius

    El día 8 de junio de 2010 a las 00:46

    “La ciencia nos da los instrumentos para matarnos, nunca los motivos” Weimberg

  19. #19.- Enviado por: Michael Madison

    El día 10 de junio de 2010 a las 00:56

    Lo más inmoral en esta cuestión es la idea de patria.

  20. #20.- Enviado por: Toro

    El día 10 de junio de 2010 a las 22:58

    Si aspiramos a un mundo mejor o al menos a uno que no se degrade (más), hay que entender que debe haber reglas hasta incluso en las contiendas y los conflictos.

    En ese sentido los tratados internacionales que prohiben el uso de minas antipersona y otras delicadezas (aunque muchas veces no se respeten) son un tímido aunque importante avance en la dirección correcta.

    También creo que el desarrollo del método para extraer el nitrógeno atmosférico no me parece un hecho inmoral, pero el uso de los gases tóxicos en el frente sí.

    Y finalmente también coincido con Michael Madison

    Saludos

  21. #21.- Enviado por: Joselu

    El día 12 de junio de 2010 a las 08:49

    Varios de los terroristas islámicos son ingenieros, o eso dicen. Por lo visto la mente de algunos ingenieros tiende a ver más sistemas cerrados y explicarse el mundo con leyes absolutas y abstractas, apartando de su mente los efectos colaterales que puedan conllevar la aplicación práctica de dichas leyes. ( Donde digo Ingenieros, lease químicos, científicos…)
    El sindrome de Asperger de grandes científicos como Newton, incluso del pacifista Einstein, les hizo ser bastante insensibles e incluso crueles con personas cercanas a su entorno. Quizá esa inmensa capacidad de sus cerebros de profundizar en ciertas materias, ese inmenso zoom mental, les hace ignorar lo que les rodea.
    ( Es la primera vez que intervengo, aunque hace tiempo que leo tu blog: Enhorabuena!)

  22. #22.- Enviado por: Alfonso

    El día 13 de junio de 2010 a las 00:40

    Joselu: de donde sacás que Newton y Einstein padecían del síndrome de Asperger?

  23. #23.- Enviado por: Joselu

    El día 13 de junio de 2010 a las 09:50

    Alfonso: Reconozco que aplicar un síndrome concreto a ambos científicos puede ser algo aventurado basándose solo en algunos aspectos de sus biografías. Pero si que es cierto que cerebros con tendencias autistas suelen enfocar todo su interés en “sistemas o máquinas” más que en las personas y sus sentimientos. Einstein y sobre todo Newton parecen encajar bastante bien en esta tendencia. ( Una de las hipótesis últimas de los neurólogos, respecto del autismo, es que podrían ser cerebros ” supermasculinos” con falta de empatía. Lo cual podría explicar la escasez de mujeres en disciplinas como la física teórica, por ejemplo)

  24. #24.- Enviado por: mell

    El día 15 de junio de 2010 a las 03:39

    Joselu:
    Bueno, creo que concretizar tanto a un sólo factor la falta de mujeres en la física teórica puede ser muy peliagudo. Y caracterizar de esa manera el autismo, como falta de empatía hacia los demás también. Porque una de las implicaciones que puede tener la frase:
    “( Una de las hipótesis últimas de los neurólogos, respecto del autismo, es que podrían ser cerebros ” supermasculinos” con falta de empatía. Lo cual podría explicar la escasez de mujeres en disciplinas como la física teórica, por ejemplo)”
    Se puede leer que sólo esa clase de cerebros “supermasculinos” son hábiles para la física teórica, (que no creo que sea la intención).
    Un ejemplo es el caso de Noether, que viene perfectamente a colación, si ella lo tuvo dificil para hacerse un hueco en la sociedad científica de la época, nos podemos imaginar como lo tuvieron otras muchas.
    No tengo ni idea, pero según lo que yo entiendo, una persona autista es una persona que tiene dificultades para relacionarse con los demás pero eso no quiere decir que sea por falta de empatía, que puede serlo, pero también podría ser todo lo contrario.
    Con relación a la mujer en la ciencia más teórica, la sociedad poco a poco va evolucionando gracias a las reivindicaciones de unas cuantas, pues si se ha de estar hasta los 40, por decir algo, con becas es lógico que se contemple un posible embarazo o otras mil historias.
    Siento haberme ido del tema.
    Saludos

  25. #25.- Enviado por: Gerard

    El día 15 de junio de 2010 a las 15:57

    El tema dels científics i la guerra és sempre torbador. Precisament m’estic llegint el clàssic “Surely you’re joking, Mr Feynman”, en què es relata la seva estada a Los Alamos desenvolupant la primera bomba atòmica, i n’hi ha per una bona discussió de principis i moral.

  26. #26.- Enviado por: Joselu

    El día 15 de junio de 2010 a las 18:05

    Mell:
    Creo que las mujeres y los hombres tienen una inteligencia media similar, y puede haber científicas estupendas y las hay.
    Pero cuando tocamos ciertos temas donde la “genialidad”
    es un requisito, como en física teórica, parece que los hombres destacan más.
    Digamos que la inteligencia del hombre es más “intensiva” y la de la mujer más “extensiva”, en general.
    Este mismo Post nos habla de la primera mujer de Haber, Clara, una muy buena promesa científica, pero desgarrada por la “empatía” que sentía hacia las víctimas de la guerra.

  27. #27.- Enviado por: mell

    El día 15 de junio de 2010 a las 19:24

    Joselu:
    Tenemos puntos de vista diferentes. No me extraña que Clara estuviera desgarrada, si se enamora de un científico que a sabiendas de las consecuencias de su trabajo, continua con ello.
    Y no creo que nada sea fácil, pero pienso que para personas que son especialmente sensibles, es más fácil divergir pensando en sistemas o máquinas. Por eso, creo que para una persona con una sensibilidad alta es más dificil el mundo experimental.

    Aunque es sólo una opinión. Y no creo que realmente lo sepa nunca. En todo caso, las cosas no son o blancas o negras.

    A parte, en el mundo de la psiquiatría la verdad es que están bastante perdidos, la mayoría de etiquetas que ponen vienen con la acepción de “atípicas”, pues aplicar reglas generales a personas en particular siempre es complicado. Y una etiqueta es sólo una etiqueta, no explica ni una quinta parte de lo que es una persona. Porque: “entonces el discurso corresponde al hecho de la distinción y es la realización de la condición humana de la pluralidad, es decir, de vivir como ser distinto y único entre iguales. ”

    Un saludo

  28. #28.- Enviado por: Jorge A. B.

    El día 18 de junio de 2010 a las 01:07

    Volviendo al tema principal, me quedo con una cita de Carl Sagan: “Virtualmente, cada gran avance tecnológico en la historia de la especie humana, desde el invento de las herramientas de piedra y la domesticación del fuego, han sido éticamente ambiguos”.
    Como siempre, Omalaled, un excelente artículo.

  29. #29.- Enviado por: iñigo nitzsche

    El día 28 de diciembre de 2010 a las 21:44

    la guerra es la guerra , si se saltan las normas de paz ya ninguna norma es aplicable, no se pueden poner normas en una guerra como si fuese un juego de niños, el objetivo es ganar a toda costa , el objetivo es desestabilizar la nacion enemiga para que pierda en la contienday la manera mas facil de conseguirlo es matando , si hay guerra no existe la normal principal , la de la paz, las demas normas por lo tanto al ser secundarias no tienen vigencia.

  30. #30.- Enviado por: Albert

    El día 29 de diciembre de 2010 a las 10:00

    La moralidad es un concepto humano, que no científico. La pregunta debería ser otra: ¿Es realmente inteligente matarse por cuestiones cuya importancia es tan relativa?
    Por otro lado, me parece mucho más perversa la tortura premeditada que no persigue otra cosa que el sufrimiento gratuito. Un peto

  31. #31.- Enviado por: César

    El día 26 de mayo de 2012 a las 11:55

    La guerra en sí es un fracaso de la ética de uno de los bandos o de los dos. La pregunta sería: ¿es lícito cualquier medio empleado por el bando que se defiende en contra del bando que ataca injustamente? O bien: ¿es admisible éticamente terminar o acelerar el final de una guerra cuando el que lo hace es el bando avasallado? Yo creo que sí porque a cambio de un golpe terrible, que cueste muchas vidas, como fue el ataque atómico de Hiroshima, se termina con una guerra que si se prolongara sería más mortífera aún.

  32. #32.- Enviado por: INES VALDEZ

    El día 5 de septiembre de 2012 a las 21:58

    CUALES SON LAS CONSECUENCIAS DEL ÉXITO DE HABER EN EL DESARROLLO DE SU PROCESO PARA OBTENER AMONIACO SINTETICO

  33. #33.- Enviado por: INES VALDEZ

    El día 5 de septiembre de 2012 a las 22:01

    ¿Cuáles fueron las consecuencias del éxito de Haber en el desarrollo de su proceso para obtener amoníaco sintético?


  34. El día 22 de junio de 2015 a las 13:23

    […] un químico que representa las dos caras de la Química, como diría el maestro Bernardo Herradón: Fritz Haber (1868-1934, Premio Nobel de Química en 1918), quien ayudó a la Humanidad con la síntesis del […]

  35. #35.- Enviado por: Romo Canerlew

    El día 17 de diciembre de 2016 a las 00:46

    Maldito asesino, estarás sentado en un cometa estéril, la no existencia es tu castigoooo…

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