Wegener, la deriva y la multidisciplinaridad

Publicado el 6 de julio de 2006 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 7 minutos y 29 segundos
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Decían sus críticos que la hipótesis era audaz, espectacular, imaginativa … y errónea. Decían también que parecía estar escrita más por un abogado que por un investigador imparcial y además que no era científica.

Me refiero la deriva continental de Alfred Lothar Wegener. Proponía la curiosa idea que a lo largo de muchos millones de años la forma de la superficie de la Tierra ha cambiado experimentando una espectacular transformación a medida que los continentes se desplazaban.

Antes de nada, he de poneros en precedentes. Durante una buena parte de los siglos XVII y XVIII la geología estaba dominada por la idea del Diluvio Bíblico como fuerza principal de formación de la superficie de la Tierra.

La idea que los continentes no han estado siempre en el mismo sitio viene de lejos. Ya en 1620 el filósofo francés Francis Bacon llamó la atención que América del Sur y África encajaban perfectamente. Cien años después, Alexander von Humboldt afirmaba que el Viejo y el Nuevo Mundo se habían separado debido a los efectos de las aguas caídas en el Diluvio Universal que circulando de Norte a Sur habían excavado el Atlántico. Se creía que los cambios en otras épocas habían sido súbitos y radicales y que una vez se hubieron dado permanecieron hasta nuestra época actual. En 1858 Antonio Snider-Pellegrini habló por primera vez de un súpercontinente antes de la apertura del Atlántico, explicando así los similares fósiles en Europa y Norteamérica.

Y aquí entra en acción nuestro héroe de hoy: Wegener. Fue uno de esos científicos-exploradores que dominaron la exploración polar a principios del siglo XX. Nació en Berlín, en 1880. Inicialmente se propuso estudiar astronomía, pero tan pronto como obtuvo el título de doctor, decidió abandonarla y dedicarse a la meteorología que era una ciencia nueva de la época. No contento con estudiar el tiempo desde el suelo, en abril de 1906 él y su hermano Kurt batieron el récord mundial de vuelo de larga duración en un globo aerostático libre: 52 horas a través de Alemania, Dinamarca, el Kattegat (brazo de mar que separa Dinamarca y Suecia) y vuelta a Alemania. Tenía por entonces 26 años.

En 1911 curioseaba por la biblioteca de la Universidad de Marburg y leyó un artículo que listaba fósiles de plantas y animales idénticos encontrados en orillas opuestas del Atlántico y quedó prendado por las coincidencias encontradas. Con sus mismas palabras:

“Es como si fuéramos a restaurar los fragmentos rotos de un periódico haciendo que sus bordes concordaran y después comprobáramos si las líneas de la imprenta se extienden a través de los bordes sin fisuras. Si lo hacen, no nos queda más remedio que llegar a la conclusión de que realmente los fragmentos estuvieron juntos de esta manera”.

Pero los parecidos fósiles no fueron más que el principio. Vio que la composición geológica de los montes Apalaches del Este de Norteamérica se correspondían con la de las tierras altas de Escocia, mientras que los estratos rocosos del sistema del Karoo en Sudáfrica eran idénticos a los del sistema de Santa Catarina en Brasil.

Tenía, por otro lado, muchos indicios de que había habido grandes cambios climáticos en algunas zonas, lo que suponía que masas de tierra con climas hoy muy diferentes podían haber estado juntas en el pasado. Por ejemplo, en la isla ártica de Spitsbergen se habían encontrado fósiles de plantas tropicales. ¿Cómo podían haber llegado allí? El descubrimiento de carbón en la Antártida confirmaba que esa región tenía que haber sido tropical tiempo atrás.

Pero también hizo otras observaciones. Descubrió relaciones sorprendentemente próximas en especies que actualmente se hallan ampliamente separadas. Los lémures (los primates más primitivos) se encontraban únicamente en África Oriental y en la isla de Madagascar. Siguiendo la misma pauta, el hipopótamo también podíamos encontrarlo en África y Madagascar. Si se suponía que los animales habían evolucionado en el continente, ¿cómo podían haber nadado 450 km de mar abierto para alcanzar Madagascar?

Fijaos qué montón de evidencias. Por un lado las pruebas fósiles, por otro las pruebas geológicas, por otro las especies y por otro los cambios climáticos. Todo encajaría a la perfección si de alguna manera los continentes hubieran estado alguna vez juntos y se hubieran separado gradualmente a lo largo de cientos de millones de años.

En 1912 dio una conferencia en la Asociación Geológica de Frankfurt y propuso la idea del “desplazamiento continental” que sería conocida más tarde como “deriva continental”.

Pero estalló la Primera Guerra Mundial en la que tuvo que participar. Fue herido dos veces, en el brazo y en el cuello. Sin nada más que hacer en el hospital continuó su investigación que culminaría en 1915 con su obra “The Origin of Continents and Oceans”. En ella proponía que hace unos 300 millones de años existía un sólo continente llamado Pangea que se resquebrajó y desde entonces unos pedazos se han estado alejando de otros.

Decía que la cordillera centrooceánica estaba compuesta por material continental y se quedó atrás cuando los continentes se separaron. Propuso una tierra llamada Lemuria que contenía la India, Madagascar y África y ello explicaría la existencia en esos lugares de los lémures y los hipopótamos.

Los continentes, decía, eran como grandes barcazas que se levantaban y hundían en función de su flotabilidad. El fondo de los océanos debía estar hecho de un material diferente, pues tendría que ser más denso que las rocas continentales. Lo malo es que no había medios en aquella época para observar los fondos marinos.

Por supuesto, todo esto iba en contra de las creencias de la época y la respuesta a todo esto fue hostil. Nadie le apoyó. Pero tampoco quiero que penséis que los que estuvieron en contra no eran científicos. La teoría estaba muy bien, pero si no se averiguaba el mecanismo que hacía moverse los continentes unos respecto otros, no se podía sostener de ninguna manera. Por otro lado, en un aspecto menos científico, Wegener no era precisamente el hombre que los biólogos querían tener como estandarte. Sus ideas radicales ponían en entredicho las bases de la disciplina. Ya habría sido doloroso procediendo de un geólogo, pero es que encima, no tenía historial en geología. Era meteorólogo, ¡Dios santo!: un hombre del tiempo … y encima alemán … Con esos terribles defectos no podían aceptar de ninguna manera sus argumentaciones.

El geólogo Chester R. Longwell dijo: “Sabemos muy poco acerca de la Tierra y su historia para permitirnos estas opiniones finales”. Aunque no descartó del todo la teoría dijo: “Para mí, la idea de continentes en movimiento es una hipótesis y como tal debe ser un blanco expuesto al fuego despiadado de la búsqueda de pruebas y del análisis crítico”.

Eso es una lección de método científico. Más de uno debería tomar nota.

Los ataques más fuertes a la teoría los sufrió en 1926 en un congreso de la Asociación Americana de Geólogos del Petróleo, donde Wegener fue denunciado con tales términos que un escritor lo calificó de “emboscada” más que de seminario científico. En esa reunión se llegó a decir que “Si aceptamos la hipótesis de Wegener, ya podemos tirar a la basura todos los conocimientos que hemos estado enseñando durante los últimos 70 años y empezar de nuevo”. Pero nuestro héroe permaneció impertérrito.

En 1930, durante una expedición a Groenlandia, el día de su 50 cumpleaños, abandonó solo el campamento para localizar un lanzamiento de suministros. Nunca regresó. Le encontraron muerto unos cuantos días después, congelado en el hielo. Le enterraron allí mismo y todavía sigue allí, bueno, eso no es exacto: está un metro más cerca del continente americano que el día que murió (gracias a la deriva continental, claro está).

Cometió errores, por supuesto. Afirmó, por ejemplo, que Groenlandia se estaba desplazando hacia el oeste a razón de 1,6 km por año. Hoy día sabemos que el desplazamiento se aproxima más a 1 cm; pero lo importante fue la revolucionaria idea que aportó a la ciencia.

Hacia 1950 se empezó a explorar de forma intensificada la corteza terrestre y a partir de la década de 1960 casi todos los geólogos aceptaban una versión modificada de la deriva continental. Aun así, todavía en 1964 la Enciclopedia Británica analizó diferentes teorías diciendo de la de Wegener que tenía “numerosos y graves problemas teóricos”. Más tarde se encontraron pruebas que cuanto más lejos se esté de una dorsal oceánica más antiguos son los sedimentos que contiene y hoy es posible incluso medir la velocidad relativa de las placas con una precisión extrema utilizando los satélites.

Hicieron falta, por tanto, que pasaran 30 años después de su muerte para disponer de las pruebas que confirmaban sus hipótesis. Si Wegener hubiera vivido hasta los 80 años habría visto cómo su tesis tan atacada era entonces aceptada y aclamada por la colectividad científica.

Como dice este artículo (que, por supuesto, recomiendo leer):

La lección más importante que se extrae de toda esta historia, es que se pudo llegar a la explicación de todas las evidencias que sugerían la deriva continental mediante la integración de datos de distintas disciplinas. La teoría de la Tectónica de Placas es una teoría global. Y como tal nace de la sintetización de datos procedentes de todas las partes del globo; datos, además, de todos los tipos. Su aceptación nace como consecuencia de la fusión de disciplinas hasta entonces separadas (como la Geología, Geofísica y la Oceanografía). Y su desarrollo procede de la introducción de datos provenientes de la Geoquímica, Petrología y del empleo de los ordenadores.

En alguna ocasión que no logro recordar, oí una frase que decía que un genio no es una persona que encuentra algo que ha estado oculto, sino una persona que encuentra lo evidente que todos hemos tenido delante pero no nos hemos sabido dar cuenta. En este sentido, Wegener fue un genio.

En este sentido, Wegener está a la altura intelectual de otros grandes de la ciencia. Así como la biología tuvo a Darwin; la Física tuvo sus Galileo, Newton, Einstein; las Ciencias de la Tierra han tenido a Wegener.

Una enseñanza importante: la multidisciplinaridad como clave en la ciencia. Cualidad que tenía en su haber Alfred Wegener.

Una gran enseñanza, sí señor.

Fuentes:
“¡Eureka!”. Leslie Alan Horvitz
“El hombre que calumnió a los monos”, Miguel Angel Sabadell
“Una breve historia de casi todo”, Bill Bryson
http://www.nimbar.net/ver3.htm
http://patibulo.blogspot.com/2005/04/y-sin-embaro-se-mueven.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Dorsal_oce%C3%A1nica
http://es.wikipedia.org/wiki/Kattegat http://es.wikipedia.org/wiki/Alfred_Wegener



Hay 12 comentarios a 'Wegener, la deriva y la multidisciplinaridad'

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  1. #1.- Enviado por: Daniel

    El día 6 de julio de 2006 a las 10:21

    Tengo entendido que la teoría de la deriva continental ya era aplicada de mucho antes por los geólogos que trabajaban en empresas mineras para localizar nuevos yacimientos, pero claro, como ellos no escribían en revistas científicas…

  2. #2.- Enviado por: Ferre

    El día 7 de julio de 2006 a las 16:26

    No se me ocurre cuántos descubrimientos no se hacen simplemente porque, por decirlo llanamente, los físicos apenas leen otros artículos que no sean los publicados en las revistas especializadas en Física, los químicos en las de Química, etc (me acuerdo que los en mi carrera, la gente leía los Proceedings del IEEE y poco más).

    Los conocimientos que se hacen en una disciplina pero que son útiles en otras (e incluso puede que más importantes en algún caso) son (o deberían ser) uno de los pilares de la ciencia. Aunque temo que es un pilar cada vez más débil. En la antigüedad, con menos conocimientos, era más fácil ser experto en varios campos, pero hoy en día, la inmensa cantidad de conocimientos que se requieren para dominar un único campo impone una especialización que creo que va en detrimento de la multidisciplinaridad. No sé si estais más o menos de acuerdo con esto.

    Saludos,

    Ferre

  3. #3.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de julio de 2006 a las 23:58

    Hola Daniel. No he leído acerca de ello o se me pasó el detalle, pero no me extrañaría. Sí lo sé de un ejemplo parecido con Darwin: los ganaderos negaban la selección natural, pero escogían a los que le convenían para tener descendencia (esto sale en el su libro del origen de las especies).

    No lo pienses, Ferre. Hoy día se están uniendo disciplinas como la física y la biología (léase TAGs, PETs, RMNs, estructura del ADN, microscopios electrónicos, ordenadores, estadística, etc). Muchos avances de la ciencia han sido gracias a la combinación de dos personas con disciplinas diferentes. No sólo Wegener: Pierre y Marie Curie, Watson y Crick, etc. Hoy día, la informática está en todas las ramas de la ciencia. En otras palabras, que realmente mezclamos disciplinas, pero ni siquiera nos damos cuenta de ello.

    Salud!

  4. #4.- Enviado por: tecker

    El día 9 de julio de 2006 a las 01:47

    Yo estoy bastante deacuerdo con Ferre. Hoy en día aunque muchas disciplinas se solapen, el conocimiento de una hacia la otra es somero e incluso a veces se le puede llamar “fe”.

    No sé si habéis leido el libro de la fundación de Isaac Asimov, pero en él los “medicos” eran como brujos, no conocían porqué los brebajes hacian efecto, sólo sabían que si pasaba esto, debían aplicar el brebaje azul. Era una manera de controlar el conocimiento.

    Hoy en día, por supuesto, los medicos, infinitamente más científicos que los del libro de Asimov, trabajan con sistemas como puedan ser el PET, pero en realidad… ¿Saben ciertamente qué es un positrón?. A mi modo de ver, tampoco es su cometido, ya que en realidad, gente que ha estado muchos años estudiándolos tampoco ha conseguido saber lo que és exactamente.

    Cuanto más profundo es el conocimiento en una rama, tanto más dificil es conocer otras. Y cuanto más evolucionamos, más ramas del saber existen, desde la Filosofía natural de la epoca de Newton, hasta la mecánica, electricidad, electrónica, química, bología… de nuestra época.

    Un Saludo Omaladed y gracias por el post nuevamente.

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 9 de julio de 2006 a las 10:18

    Como siempre, muchas gracias.

    No os quito razón, tecker. Sólo puntualizar un detalle. Fíjate que tú me hablas directamente de los que aplican una técnica. Aunque un médico trabaje con PETs no tiene por qué saber qué es un positrón: sólo busca una imagen. Pero los que inventaron esa técnica, los investigadores o los curiosos a los que se les ocurriera (por cierto, tendría que buscar quiénes fueron), seguro que sabían de ambas o fue una unión de diferentes disciplinas. Normalmente, los equipos de investigadores suelen estar formados por expertos de diferentes ramas de la ciencia.

    Tendré que hacer un post sobre PETs (para quien no lo sepa, Tomografía por Emisión de Positrones; también los llaman TAGs con contraste y han salvado muchas vidas), y para quien no los conozca, os quedaréis parados de la sencillez y, a la vez, genialidad que son.

    Salud!

  6. #6.- Enviado por: Gnuria

    El día 9 de julio de 2006 a las 13:06

    Omalaled, creo que no te equivocas al afirmar que la multidisciplinaridad es una clave en la ciencia. Conocer los diferentes campos ofrece una visión más global que permite, al menos, un enfoque diferente a la hora de enfrentarse a los problemas.

    Sin embargo, hoy por hoy, nos encontramos en un punto en el que uno se ve convertido en un experto a la fuerza. Y es que, resulta inabordable leer toda la cantidad de artículos que se escriben en tu campo… así que, ¿cómo mantenerse al día de lo que ocurre en otros campos?.

    La verdad es que la mayoría de los artículos que se publican aportan poco o nada nuevo al conocimiento en una determinada rama de la ciencia. Simplemente se escriben porque son la única referencia que se mira de un científico, cantidad de artículos. Y claro, esto aporta mucha paja.

    Lo que quiero decir (hay que ver como me enrrollo) es que cada día resulta más complicado para un científico tener un conocimiento multidisciplinar. Sin embargo, en mi opinión, hay que apostar por los equipos multidisciplinares. Aunque, por desgracia, aún no abundan mucho. Existe un cierto miedo al intrusismo… ¿un matemático haciendo medicina?, es más la excepción que la regla.

  7. #7.- Enviado por: tecker

    El día 9 de julio de 2006 a las 14:02

    Ciertamente ahí he de darte la razón. Cada disciplina tiene su cometido, los médicos son a los biólogos como los ingenieros a los físicos. Tal vez no es el ejemplo más acertado, y probablemente el grupo que descubrió el PET no fuese.

    Respecto a los sistemas de medicina nuclear, sería muy interesante un post sobre ello,.. por cierto. Creo conocer bastantes sistemas de diagnóstico médico, pero el TAG no lo conozco, conozco el TAC (Tomografía axial “computerizada”) que no funciona mediante interacción nuclear sino por incidencia y absorción de radiación, como la radiografía, por lo que no pertenece a la familia de la medicina nuclear. ¿Por favor, podrías expandir el acrónimo?. Es que es un campo que me interesa bastante y me gustaría comenzar a conocer el aparato.

    Un saludo.

  8. #8.- Enviado por: Juan Carlos

    El día 9 de julio de 2006 a las 18:09

    Interesante articulo sobre Wegener, como geólogo que soy conocía también sobre como fue elaborando su teoria, creo que algo que molestó a los científicos y geólogos de su tiempo fue el hecho de que era mas visto como un meteorólogo y no como geólogo, los celos profesionales siempre son dañinos para cualquier avance (aca en Perú se suele decir a una persona que se mete en otro campo: ¿Y este….que sabe?), si añadimos tambien el hecho de ser un cientifico-aventurero, los cuales suelen ser bastante menospreciados por la comunidad científica general, tenemos alguien al cual no se le hara caso hasta que las evidencias demuestren lo contrario. Finalmente el hecho de conocer y abordar varias materias, el ser multidisciplinario ayuda de mucho; si bien la constante general en nuestros dias es la especialización, uno no puede dejar de tomar y conocer otras materias por dos motivos principales: para aumentar nuestros conocimientos y para dar nuevos enfoques a nuestras teorias, hipotesis y descubrimientos.

  9. #9.- Enviado por: omalaled

    El día 9 de julio de 2006 a las 23:50

    Gnuria: no sé si actualmente se da (estoy muy desconectado, desgracidamente, del mundo de la investigación). No me refiero a mantenerte al día de todo, pero sí saber un poco de todo. Tener una especialidad, por ejemplo, como físico, pero saber algo de química o biología y viceversa.

    tecker: lo del TAG es un patinazo mío como una casa. Es TAC, como muy bien tú afirmas.

    Hola, Juan Carlos. Totalmente de acuerdo contigo. Los celos profesionales deberían ser desterrados de cualquier sitio. Hay que hablar de lo que se dice y no quién lo dice.

    Salud!

  10. #10.- Enviado por: .Marfil.

    El día 11 de julio de 2006 a las 01:58

    “No hay ningún enunciado que no se relacione con otros enunciados, y eso es esencial”
    Todorov.

  11. #11.- Enviado por: josemi

    El día 12 de julio de 2006 a las 23:32

    Ya que ha salido Asimov, en algun sitio lei que las primeras ediciones de “Introduccion a la ciencia” ridiculizaban tambien la deriva continental.

  12. #12.- Enviado por: omalaled

    El día 13 de julio de 2006 a las 00:29

    Muy probablemente, josemi. También he leído yo del mismo Asimov alguna reflexión en la que reconocía haber criticado algo duramente y luego resultar ser cierto.

    Pero así es la ciencia. Cualquier teoría debe ser sometida hasta sus últimas consecuencias.

    Salud!

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