[Libro] Qué es el cáncer y por qué no hay que tenerle miedo

Publicado el 14 de mayo de 2014 en Libros por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 10 minutos y 14 segundos
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El autor de este libro doctor en medicina por la Universidad de Barcelona y actualmente está en la Universidad de Leicester donde, aparte de ser profesor del departamento de bioquímica, dirige un grupo de investigación sobre muerte celular. Vamos, que es uno de esos cerebros fugados. Este es el tercer libro que escribe sobre divulgación (ya que ha escrito más cosas) y uno de ellos ya os lo comenté. Paso a haceros el habitual resumen advirtendo antes que cualquier error de concepto es más posible que sea por interpretación de un servidor que no por lo que ha escrito el autor.

En primer lugar nos distingue entre lo que son tumores y cánceres. Un tumor es una agrupación anormal de células en un nódulo más o menos grande. Puede ser benigno o maligno. Si es benigno, crece poco a poco y no pone en peligro la vida de quien lo padece Si es maligno crece con una cierta rapidez y puede causar la muerte de quien lo tiene. Todo tumor maligno es un cáncer. Pero hay más tipos de cánceres que no tienen por qué estar en forma de tumores. Aun así, ojo con los tumores benignos porque pueden “malignizarse” con el tiempo.

Nuestras células tienen un núcleo con ADN que contiene las instrucciones de todo lo que debe hacer. Vendría a ser como el libro de instrucciones. Ahora bien, ese ADN puede mutar. Si esa mutación se inactiva un gen que es totalmente necesario para la vida de esa célula, entonces muere. No obstante, una mutación puede hacer que la proteína que se fabrica se vuela más potente de lo normal y la célula no pare de dividirse. Las hijas tendrán el mismo ADN que la célula inicial y tendrán el mismo defecto. Cuando tenemos este tipo de mutación tenemos lo que se llama un oncogén.

Los oncogenes fueron descubiertos en 1916 por el médico americano Peyton Rous, cuando descubrió un cáncer en los pollos llamado sarcoma y que era provocado por un virus. Parecía imposible que un virus tuviera algo que ver con un cáncer. Tardaron 40 años en darle el Premio Nobel.

En 1976, Michel Bishop y Harold Vaermus pudieron demostrar que el origen del cáncer estaba en nuestro propio ADN (el detalle de cómo, lo dejo para quienes leáis el libro). El mismo Bishop dijo en aquel momento: todos llevamos dentro la semilla del cáncer.

El cáncer no es exclusivo de los humanos. Los animales también pueden padecer cáncer, incluso las plantas, aunque son más raros. Las plantas, por otro lado, no tienen metástasis porque las células no pueden moverse.

Un cáncer no aparece de golpe, sino que atraviesa diferentes etapas. Es más: desde una mutación inicial de una célula hasta la aparición de los síntomas en el paciente pueden pasar décadas. O sea, que tenemos un gran periodo de incubación. Sucede, sin embargo, que en la mayor parte de este periodo de incubación los síntomas son invisibles.

No hay que alarmarse por ello. Podemos tener células mutadas en nuestro cuerpo que no lleguen a desarrollar cáncer nunca porque moriremos antes por otra causa. A partir de autopsias que se han hecho por otros motivos se ha visto que el 85% de los hombres mayores de 85 años tenían cáncer de próstata, muchos de ellos en fases iniciales. Aunque hubiesen vivido hasta los 100 años es posible que aquel cáncer no hubiera llegado al estadio en que hubiera empezado a ser peligroso: no habrían tenido tiempo de malignizarse.

Estos estudios empezaron en 1935 por Arnold Rich. Desde entonces, se ha visto que el 9% de los hombres de 20 años, el 27% de los de 30 y el 34% de los de 40 tenían un cáncer de próstata en la fase inicial. También se ha visto que el 39% de las mujeres de 40 años tenían cáncer de mama que no habían sido detectados. La conclusión es que podemos tener células malignas en el cuerpo que no acaben desarrollando cáncer.

Por otro lado, dado que las células se multiplican cada 24 horas, hay una fuerte presión selectiva (sí, incluso aquí la selección natural entra en juego) de manera que las células que resisten los tratamientos son las que se van sobreviviendo y, por tanto, las más agresivas. Sin querer, a veces, intentando tratar un cáncer estamos eliminando la competencia en ocupar territorio.

Hay quien piensa que el cáncer no existía en la antigüedad. Pues sabed que se cree que quien inventó la palabra “cáncer” fue Hipócrates porque los tumores le recordaban un cangrejo cuando los abría para analizarlos. Y estamos hablando de hace 2.500 años. Pero no es el único: se ha detectado en una momia egipcia de hace 2.250 años y hasta en huesos fosilizados de dinosaurios.

Por otro lado, también es cierto que la cosa ha cambiado a partir del siglo XIX. La esperanza media de la vida humana en un principio era de entre 25 y 30 años. En 1900, en los países desarrollados, había subido a 47 años y en 1970 era de 71 (tan milenarias que son algunas mal llamadas medicinas alternativas y tuvo que ser la medicina convencional tan mala la que lograra esto). Si nos fijamos en algunos países de África como Swazilandia o Botswana donde actualmente la esperanza de vida está sore los 35 años, el cáncer no es uno de los problemas de salud más importantes.

Fue durante el siglo XVIII cuando se empezaron a practicar autopsias. En 1775, Percival Pott identificó el primer carcinógeno. Se dio cuenta que los deshollinadores de Londres tenían una frecuencia inusual de cáncer de testículo. Eran hombres humildes que trabajaban normalmente desnudos para no ensuciar la única ropa que tenían y acababan sucios de hollín de arriba a abajo. Posteriormente se ha visto que el hollín contiene muchas sustancias químicas tóxicas y los testículos son especialmente sensibles.

Aunque Pott no podía saber exactamente las sustancias químicas tóxicas, sí se dio cuenta de que había un factor ambiental que causaba el cáncer y su descubrimiento llegó al Parlamento inglés que prohibió que los menores de 16 años hicieran trabajos relacionados con el hollín y que los menores de 21 no entraran en una chimenea.

El carcinógeno más relevante hoy día es el tabaco: deja un buen grupo de carcinógenos directamente en los pulmones y contiene nada menos que unas 250 sustancias nocivas. Se ha comprobado que al menos 70 de ellas provocan mutaciones en el ADN. Además, las plantas de tabaco son capaces de acumular materiales radiactivos. El tabaco es el responsable de al menos el 20% de los cánceres que vemos actualmente. Así que ya sabes: deja de fumar cuanto antes.

Otro factor de riesgo es el cáncer de melanoma y el Sol. El problema de este cáncer es que es muy agresivo y tiene una tendencia muy elevada a dar metástasis. Los expertos discuten todavía su relación con el los rayos solares, pero sí se ha comprobado que hay una asociación clara con la cantidad de Sol que hemos recibido de pequeños. Cuanto más hayamos tomado el Sol de pequeños (incluso nos hayamos quemado), más probabilidad tendremos de desarrollar un cáncer de este tipo de adultos. Por otro lado, el 90% de los cánceres de piel que no son melanomas están causados por el Sol.

Aquí sí es importante el color de la piel. Los mediterráneos tenemos menos probabilidades que los nórdicos, pero los africanos están más preparados. Ojo, que tampoco son inmunes: Bob Marley murió por un melanoma a los 36 años. Sea como sea, se recomienda a todos los padres que eviten que sus hijos estén demasiadas horas seguidas al Sol y que cuando lo hagan pongan las cremas protectoras necesarias.

Las máquinas de UVA también se han vinculado con el cáncer. Y realmente se ha visto que aumentan las probabilidades entre un 20% y un 30% de que padezcamos uno.

También se sabe hoy día que el virus del papiloma (VPH) es responsable de la mayoría de cánceres de cuello uterino y de ano (aparte de poder dar también algunos de vagina, boca y pene). Se habla incluso de ser el responsable de un 5% de los cánceres de todo el mundo. El problema es que se transmite fácilmente por vía sexual y no da síntomas. No todas las formas de VPH son igual de agresivas. Es por ello que en 2007 se comercializó la primera vacuna que protege contra el VPH. Poniéndola en las mujeres antes de que tuvieran posibilidades de haber tenido relaciones sexuales se ha visto que es muy eficaz.

No están claras las relaciones entre obesidad y cáncer. Una hipótesis plausible es que las personas obesas fabrican más insulina y dicho aumento puede permitir que las células cancerosas puedan consumir más glucosa, que es justo lo que necesitan para su peculiar metabolismo. Resulta que en Ecuador hay un grupo de personas que paden una alteración genética que provoca enanismo. Se llama Síndrome de Laron. La causa es una insensibilidad a la hormona del crecimiento. El diabetólogo aime Guevara-Aguirre se dio cuenta en los años 1990 que prácticamente ningno de ellos desarrollaba cancer y llegó a la conclusión de que el síndrome de Laron protegía contra las células malignas. Con los años se ha visto que tienen los niveles en sangre muy bajos de insulina (y de otras hormonas) por culpa de los defectos de la horoona del crecimiento. Se piensa que es eso lo que les evita el cáncer.

También nos previene con la creencia de que tomar más vitaminas nos librará del cáncer. No es así Una persona con una dieta equilibrada tiene todas las vitaminas que necesita y tomarlas en exceso no ayuda. En unos casos, el cuerpo expulsa ese exceso y en otros casos, en las vitaminas más difíciles de eliminar, nos pueden dar problemas de salud.

Habla de la quimioterapia y la radioterapia. Parece ser que las células sanas son más resistentes a los tóxicos. De ahí que intentemos matar moscas a cañonazos esperando que la células cancerosas mueran antes y las células normales tengan la capacidad de regenerarse. Es por ello lo de perder el cabello, la diabetes, etc. Curiosamente, el primer tratamiento quimioterápico fue con gas mostaza. Hoy día se emplean otras cosas, pero no tan modernas como podáis suponer: todavía se utilizan los mismos fármacos que hace 50 años. El principio de la radioterapia es similar.

Como norma general, parece ser que no es que haya un tratamiento mejor que los demás, sino que se utilizan varios ala vez para intentar atacar todas las vías que utiliza el cáncer para subsistir. Un ataque desde todos los frentes posibles.

También habla de las terapias alternativas. Si bien alguna puede ayudar a sentirse bien al paciente nunca pueden sustituir la posible cura que presente la medicina. Cuidado con las vitaminas, suplementos o hierbas sin que las supervise el médico. En 2011, Steve Jobs, el cofundador de Apple, murió de cun cáncer de páncreas a los 56 años. Era una forma menos agresiva que el cáncer de páncreas más frecuente y se puede tratar si se pilla a tiempo.

Él decidió seguir tratamientos alternativos, como la acupuntura, dieta vegana, suplementos dietéticos y otros. Nueve meses después decidió hacer caso a los médicos y permitió ser operado. Desgraciadamente, llegó demasiado tarde el tumor ya se había expandido. Puede que si no hubiera esperado esos 9 meses, todavía estaría vivo.

También nos explica la historia de Ralph Steinman, premio Nobel de medicina de 2011 y la primera persona que lo recibió después de morir. De hecho, murió 3 días antes de que se lo concedieran, pero la Academia Sueca decidió no retirárselo. Le habían diagnosticado un cáncer de páncreas el año 2007 y recurrió a ss colegas para probar todo tipo de tratamientos en estudio, incluido células dendríticas, que él mismo había descubierto y que había sido la razón para otorgarle el Nobel.

También nos alerta con que cuando se dice que un cáncer está curado, no es cierto del todo. Cuando un cáncer ha dejado de dar señales de vida 5 o 10 años es muy buena señal, pero se han dado caos de recaídas a los 15 o 20 años. Más de hablar de curar el cáncer, tendríamos que hablar de controlarlo o convertirlo en una enfermedad crónica.

El libro acaba con una serie respuestas a preguntas que le han ido formulando por internet cuando comentó que iba a escribirlo. Yo mismo formulé alguna de ellas, y por ello tengo el honor de salir citado entre los agradecimientos.

Finalmente, hace un llamamiento a todos nosotros. Nos guste o no, lo aceptemos o no, nos afecta a todos:

Los médicos e investigadores mientras tanto continuamos nuestra carrera por destapar la verdad: necesitamos vuestra ayuda, no sólo económica con donativos vitales con tal de que podamos continuar financiando toda esta investigación imprescindible, sino también moral. Necesitamos que nos ayudéis a defender la ciencia ante los que tienen poder de decisión y recursos, y que les hagáis entender que es un bien que la sociedad necesita y ha de alimentar. Nos jugamos mucho. No sólo prestigio y dinero, sino también nuestra salud, que es lo más importante que tenemos.

Y habla de muchos más temas que me dejo en el tintero y son igualmente importantes y curiosos. Es un libro que vale la pena leer, por no decir uno de aquellos que todos deberíamos leer porque, sencillamente, nos afecta a todos. El autor lo explica todo de modo muy ameno, con un lenguaje totalmente asequible y salpicado de anécdotas curiosas. Extraordinariamente informativo y apto para todos los públicos. Un libro sobre el cáncer escrito por un investigador, ¿qué mas se puede pedir?

Portada del libro

Título: “Qué es el cáncer y por qué no hay que tenerle miedo”
Autor: Salvador Macip (@macips01)
(Hay versión en catalán: “Què és el càncer i per què no hem de tenir-li por”)



Hay 11 comentarios a '[Libro] Qué es el cáncer y por qué no hay que tenerle miedo'

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  1. #1.- Enviado por: Dani

    El día 14 de mayo de 2014 a las 15:58

    Pues me lo acabo de comprar… Ya te contaré.

    Gracias, amigo

    Un abrazo

  2. #2.- Enviado por: MeZKaL

    El día 15 de mayo de 2014 a las 08:23

    Teniendo en cuenta que el gran volumen de muertos por cáncer es consecuencia directa del aumento de la esperanza de vida, no es descabellado decir que “los productos químicos causan que muramos por cáncer”.

    Concretamente los pesticidas, los jabones, las medicinas nos están matando “por cáncer”. Gracias a ellos no morimos de intoxicación alimentaria, hambre, infección, etc. y por lo tanto acabamos muriendo de cáncer a los 80 años.

    Benditos sean.

  3. #3.- Enviado por: omalaled

    El día 15 de mayo de 2014 a las 10:11

    Dani: la verdad es que el libro está muy bien y el autor lo explica de maravilla.
    MeZKaL: has expresado la idea de maravilla.

    Salud!

  4. #4.- Enviado por: Cesar Rubio

    El día 16 de mayo de 2014 a las 23:07

    La afirmación de que las celulas sanas son más resistentes a los tóxicos, no es el principio en el cual se sustenta la quimioterapia. Las celulas tumorales son mas glotonas, porque se reproducen en ciclos mas cortos que las celulas sanas. En consecuencia la probabilidad de que incorporen a su metabolismo una proteina, o un acido nucleico, diseñado para impedir el funcionamiento adecuado de la celula o de estropear el ciclo de replicación adn/división celular es mucho mas alto.

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 17 de mayo de 2014 a las 09:07

    Cesar Rubio: gracias por el apunte, pongo una referencia en el artículo.

    Salud!

  6. #6.- Enviado por: Pontifex

    El día 18 de mayo de 2014 a las 21:50

    Solo una pequeña corrección. Creo que es erróneo lo que comentas de la esperanza de vida. El aumento de la esperanza de vida se suele deber más a la disminución de la mortalidad infantil que al aumento del tiempo de vida de las personas adultas.

    Copio y pego de la wikipedia:

    “Por otra parte, está muy extendida la creencia errónea de que la esperanza de vida al nacer corresponde con la edad de senectud: por ejemplo, se oye muchas veces que, en la prehistoria, los seres humanos eran ancianos a la edad de 30 o 40 años. Esto es totalmente falso. Una esperanza de vida de 40 años puede significar, por ejemplo, simplificando muchísimo, que la mitad de la población muere al nacer o en su primer año de vida (cosa bastante razonable en la prehistoria) y la otra mitad a los 80 años de edad.”

    http://es.wikipedia.org/wiki/Esperanza_de_vida

  7. #7.- Enviado por: omalaled

    El día 18 de mayo de 2014 a las 22:01

    Cesar Rubio: después de preguntar por twitter al autor (y recordar que poco se puede decir en apenas 140 caracteres) el autor coincide con lo que me comentas. Me dice que las células cancerosas se dividen más y eso las hace más sensibles, y que hay más factores, como resistencia a los oxidantes, menor capacidad de reparar ADN.
    Me da rabia saber tan poco sobre estos temas :)
    Pontifex: nunca me acostaré sin haber aprendido algo: edad de senectud… ¡Tienes razón! ¡lo desconocía! :-) Muchas gracias por la puntualización.

    Salud!

  8. #8.- Enviado por: Francisco de Paula

    El día 21 de mayo de 2014 a las 09:45

    Detalle ortográfico – Fé de erratas: Cambiar “Ahora vien” por “Ahora bien”. ;-)

  9. #9.- Enviado por: omalaled

    El día 23 de mayo de 2014 a las 08:56

    Francisco de Paula: gracias, corregido. No es que supiera la norma ortográfica, el problema es que la b está al lado de la v… :-) ahora caigo en la cantidad de veces que he visto “olbidar”…

    Salud!

  10. #10.- Enviado por: romir

    El día 25 de mayo de 2014 a las 03:26

    Hola omalaled
    Primero agradecerte este blog que con tanto esfuerzo, y satisfacción, espero, nos ayuda a entender un poco mas el universo que apenas atisbamos.
    Luego, notar un posible error de transcripción el el párrafo sobre Ralph Steinman, las células serían “dendríticas”, creo.
    Saludos.

  11. #11.- Enviado por: omalaled

    El día 30 de octubre de 2014 a las 10:56

    romir: se me había pasado este comentario. Tienes razón. Lo cambio. Gracias :-)

    Salud!

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